Buena parte de los problemas de conducta, salud y rendimiento de los niños y adolescentes se resolverían verificando que duerman lo suficiente. Veamos.

Cuando las personas duermen ocurren funciones cerebrales cruciales irremplazables por las que realizan cuando están despiertos, por lo que una privación continuada del sueño produce serias consecuencias físicas incluyendo enfermedades cardiacas, diabetes y obesidad.

La privación empieza en edades tempranas pero es crítica en la adolescencia. A esas edades los jóvenes necesitan dormir entre 8 y 9 horas y su reloj corporal hace que se duerman más tarde por lo que requerirían un despertar más tardío, con los que se reduce más aún las horas efectivas de sueño. En promedio sólo 1/3 de los adolescentes de 8vo grado duermen lo suficiente. ¼ parte tiene problemas de privación de sueño crónicos.

Según la Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos, se ha comprobado que la escasez de sueño causa daños físicos y mentales. Reduce la habilidad para concentrarse y pensar, de manejar el stress, mantener un sistema inmunológico sano y moderar las emociones. Las funciones cerebrales y la memoria se deterioran, se incrementa la dificultad de tomar decisiones correctas y el cerebro pierde capacidad de generar nuevas ideas para solucionar problemas. Otras consecuencias son: depresión, enfermedades del corazón, hipertensión, tiempos de reacción más lentos, habla ininteligible, temblores, y obesidad (porque el cansancio reduce la actividad física durante el día y altera el funcionamiento de las hormonas y el metabolismo durante la noche, dando la sensación de hambre insaciable, justamente cuando el organismo funciona más lentamente y el cuerpo asimila más calorías).

El Dr. Shahrad Taheri de la Universidad de Bristol en Inglaterra notó que ya para niños de 30 meses, tener sueño corto predecía su obesidad a la edad de 7 años

En el estudio de cohorte de sueño de Wisconsin, sueños de corta duración estaban asociados con bajos niveles de leptina, una hormona que señala la necesidad de más calorías. Adicionalmente quienes tienen sueño corto tienen altos niveles de la hormona ghrelin, que es producida principalmente en el estómago en sus niveles más altos antes e las comidas y es causante del incremento de ingesta alimenticia.

Otro estudio en más de 7,000 estudiantes de secundaria en Minnesota mostró que cuando algunos colegios cambiaban el horario de ingreso de las 7.15 am a las 8.40 am, los estudiantes dormían mas y mejor durante la noche, estaban menos somnolientos durante el día, mejoraban sus notas escolares, experimentaban menos sentimientos depresivos y tenían mejores comportamientos que en los colegios que empezaban más temprano.

En contraste el Dr. Carskadon encontró que en los colegios que adelantaban su inicio de 8.25 am a 7. 20 am, cerca de la mitad de los estudiantes estaban patológicamente somnolientos” a las 8:30 am.

Entre los adultos, los que duermen de 7 a 8 horas diarias son los más sanos. Los otros suelen tener problemas de alta presión sanguínea, síntomas de depresión, enfermedad cardiaca, inhibición de producción de insulina e incremento de riesgo de diabetes. La mortalidad se incrementa notablemente para quienes duermen apenas 4h diarias.

Por otro lado, y a igualdad de estilos de vida y otros factores de salud, los investigadores estimaron que dos horas menos de sueño, están asociadas con un incremento de 10 puntos en el índice de masa corporal, que calcula la relación entre un peso normal y la obesidad.

También encuentran que dormir siete horas o más reduce el riesgo de calcificación de las arterias, importante síntoma de las enfermedades cardiovasculares. Para los científicos del Centro Médico de la Universidad de Chicago una hora adicional de sueño por noche equivale a una reducción de 17 mm de mercurio en la tensión sistólica. Este hallazgo emergió de un muestreo con 495 participantes voluntarios que gozaban de buena salud y tenían alrededor de 40 años. Las arterias calcificadas aparecieron en 27% de los colaboradores que dormían menos de cinco horas por noche, apareció en 11% entre quienes durmieron de cinco a siete horas y entre los que dormían más de siete horas bajaba a 6% la calcificación arterial

Artículos como Sleep Deprivation (Jane Brody NYT October 23, 2007) y ¿Si es más tarde es mejor? (Por José Brechner, Diario de América, 23/9/2009) que aportan las evidencias científicas para lo dicho tienen una propuesta clara: buena parte de los problemas de conducta, salud y rendimiento de los niños y adolescentes se resolverían verificando que duerman lo suficiente.

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Despertarte más temprano no te hará tener más éxito.El éxito está en dormir un poco más. Los cambios radicales a tu ritmo circadiano no son idóneos para tu salud ni para tus capacidades cognitivas.