El conocido experto en economía de la conducta Dar Ariely (Duke) sospechaba que los 500 estudiantes del semestre se copiaban en las pruebas, basado en las similitudes en las respuestas entre varios grupos de estudiantes en los ejercicios semanales que entregaban. Eso llevó a Ariely a discutir el tema con sus estudiantes y dos de ellos se ofrecieron para hacer un experimento bajo su supervisión.

Los dos estudiantes mandaron a sus compañeros de clase un email de un estudiante ficticio que incluía un link a una página web que contendría las respuestas del examen final del año anterior, lo que les daría una ventaja para el examen final de este año. A la mitad de los alumnos les agregaron en el email el mensaje “No sé si esto es o no es copiar, pero adjunto una sección del código de honor de la universidad que puede ser pertinente: Obtener documentos que proporcionan una ventaja injusta a un estudiante no está permitido”.

El link, no contenía las respuestas, pero permitía rastrear quién se había conectado. Encontraron que 69% de los receptores sin el recordatorio del código de honor accedieron a la página web, y 41% de la otra mitad que sí recibió el recordatorio también accedió a la página web. Es decir, se reduce en 1/3 la cantidad de trasgresores pero siguen siendo 2/3 los que a pesar de la advertencia están dispuestos a trasgredir. En suma, no es propiamente copiar pero evidentemente sí es dejarse vencer por la tentación.

El día siguiente al examen, se hizo una encuesta a los estudiantes pidiéndoles que contesten anónimamente si ellos copiaban y si sospechaban que sus compañeros copiaban en los exámenes. Pocos admitieron que copiaban, pero señalaron que sospechaban que entre 30 y 45% de sus compañeros sí copiaban. A juzgar por los resultados (promedio general 70) parecía poco probable que muchos hayan copiado realmente, pero lo preocupante era la percepción que tenían los estudiantes de que era usual que muchos de sus compañeros se copiaran.

Así Dan Ariely demuestra a través de un experimento realizado por dos de sus estudiantes, cómo es que recordar en momentos cruciales los códigos de conducta ética firmados por los estudiantes puede ayudarle a un tercio de ellos a vencer la tentación de trasgredir (copiar o conseguirse las claves del examen). Sin embargo, siguen siendo dos tercios de los estudiantes los que están dispuestos a sacar provecho de una ventaja ilegal. Eso implica que en ambientes en los que la censura a la deshonestidad no está bien desarrollada e instalada, esos códigos éticos tienen limitado impacto. Aún si son solo unos pocos los estudiantes que a final de cuentas copian o engañan en los exámenes, la percepción de que muchos lo hacen se convierte en una norma socialmente muy dañina, porque los estudiantes creen que es socialmente aceptable copiar y se sienten presionados a hacerlo para mantenerse en carrera. (Duke’s Cheating Problem; Bloomberg BusinessWeek August 12, 2011)

Dicho todo esto, vale la pena hacer una atingencia. Cuando un profesor o catedrático desarrolla un curso interesante, comprensible, accesible y al evaluar hace preguntas que evidencien que espera que lo alumnos razonen y propongan ideas originales, de su propia cosecha, más que limitarse a memorizar o repetir rutinas enseñadas en clase, la probabilidad de que los alumnos quieran o necesiten copiarse baja significativamente. No solamente porque no tiene sentido copiar ideas originales de los compañeros, -que no aparecen en los libros o apuntes de clases-, sino porque los alumnos sienten que tienen la oportunidad de mostrar su capacidad y aportar con sus pensamientos originales. Eso implica que el profesor, a la hora de evaluar, debe ser capaz de redactar mensajes cualitativos, de aprecio al pensamiento original, que levanten la autoestima del estudiante y lo gratifiquen por su esfuerzo.

En lo personal, cada vez que le he escrito a un alumno o alumna un párrafo con un mensaje concienzudamente elaborado expresando mi aprecio por su esfuerzo y logros, incluyendo sugerencias para mejorar, estos alumnos han quedado muy enganchados y motivados con la asignatura.

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