La ministra de Educación Patricia Salas dio a conocer el 31 de marzo del 2012 los resultados de la Evaluación Censal del 2do grado (ECE-2011) y del 4to grado de Primaria de Educación Intercultural Bilingüe (EIB) correspondientes al final del año 2011 (es decir, el final del quinquenio de gestión aprista), señalando que, en términos generales, los niveles de aprendizaje en el Perú se habían estancado y que la mayoría de los escolares evaluados no alcanzaron los niveles de solvencia en Matemáticas y Lectura esperados para su grado. Además, se amplió la brecha entre los niveles de aprendizaje obtenidos en las instituciones educativas de zonas rurales en comparación con las urbanas.
En el caso de Matemática, la ECE – 2011 muestra que por tres años consecutivos, del 2009 al 2011, este resultado no ha variado y llega al 13,2% de niños con logro satisfactorio de los aprendizajes esperados, mientras que en Comprensión Lectora apenas se alcanza un 29,8% del nivel esperado para el grado. De las poblaciones lingüísticas evaluadas, aimaras y quechuas, el 13,4 y 9% presentan mejores resultados en el nivel 2 (el esperado), en comparación con las poblaciones awajún y shipiba (1,5 y 1,2%). Es decir, para estos últimos, desde el punto de vista de los aprendizajes, ir o no ir a la escuela da casi lo mismo. Realidad patética, sin duda.
También se mostraron cuadros en los cuales se observaba que para los niveles socioeconómicos A, B y C, la educación privada obtiene mejores resultados que la estatal, sin embargo, en los niveles socioeconómicos más bajos, el D y E, ocurre lo contrario, es la educación estatal la que logra mejores resultados. Esto es importante de señalarse porque a veces se cree erróneamente que toda la educación privada es mejor que la estatal y eso no es cierto. Hay gran diversidad tanto en la estatal como la privada y hay que evaluar bien a quiénes se refieren quienes dicen que una logra mejores resultados que la otra.
La ministra Patricia Salas se propuso como meta para el 2016 llegar en Comprensión Lectora al 55% y en Matemática al 35% de alumnos que logra niveles satisfactorios para el grado.
Quizá vale la pena recordar que ya en el año 2008 sostuve que el gobierno aprista estaba equivocado en educación. Con impromptus e histrionismos presidenciales no se puede hacer política educativa aún con enorme derroche propagandístico sobre una “revolución educativa” (con proyectos mal formulados como el colegio mayor, la acción cosmética en los colegios emblemáticos, el reparto arbitrario de laptops, declaración falsa de analfabetismo cero). Bastaba esperar las evaluaciones “pos- apristas” para que se evidenciaran la enorme ineficiencia, desaciertos y escasos avances en el campo educativo.
Razones sobraban: con un denso currículo inaplicable, enfoque burocrático ministerial paralizador de innovaciones, gestión pedagógica escolar del siglo XIX, obsoleta e inocua capacitación de maestros, directores sin prerrogativas, presupuestos limitados, exclusión de los más débiles, escaso espacio para iniciativas innovadoras que sirvieran de norte a una reformulación del quehacer educativo nacional. ¿Por qué habría de mejorar la educación peruana? Las ligeras mejoras mostradas por las evaluaciones censales del 2do grado del 2008 al 2010 se agotaron rápidamente, ni bien llegó a su techo la estrategia de convertir al 2do grado en una academia de preparación para la prueba de fin de año. Eso está reflejado en los resultados del 2010 y 2011 (ECE-2011).
Hay que hacer exactamente lo contrario a lo que no funcionó hasta ahora si queremos dar saltos hacia arriba en la calidad de la educación peruana. Hay que hacer modificaciones estructurales en los enfoques burocráticos, estatistas y controlistas congresales y ministeriales que ahogan la innovación, así como reformular las capacitaciones, la exclusión de los débiles y aumentar las prerrogativas de los directores, aumentando las autonomías escolares. El Perú debe convertirse en un gran laboratorio de experiencias innovadoras en educación, para aprender de las exitosas y difundirlas, y el estado debe concentrarse en apoyar a quienes no pueden volar solos.
Lograr una buena educación nacional requiere visión, inteligencia política, fórmulas creativas, liderazgo valiente y coraje para innovar. Hasta el 2011la educación andaba por inercia, en la retaguardia, impotente, cobarde, temerosa de innovar. Más de lo mismo no servirá. Este gobierno tiene el equipo y la oportunidad para marcar la diferencia. Necesitamos masivos estímulos para promover la innovación y replicar luego lo que sí funciona.
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