El número de noviembre del excelente boletín de análisis de la educación que publica el Iniden en Educared (Hugo Díaz y Otto Eléspuru) habla de la educación privada. En él se observan cifras muy llamativas.

1). En el año 2011 la inversión privada en educación ascendió a S/. 14,057 millones de nuevos soles, lo que representó el 2.8% del PBI. Ese mismo año, el presupuesto público de educación ejecutado fue una cifra muy similar: S/. 14,551 millones; es decir, el 3% del PBI.
Entre los años 2000 y 2011, el presupuesto público de educación se multiplicó por 2.7 y el privado se multiplicó por 2.1. Eso significa que ha aumentado la inversión pública por alumno pero aún así se produce una constante migración hacia la educación privada.

2). Hasta fines de la década de los noventa el 85% de la matrícula del sistema educativo era atendida por el sector público y 15% por el sector privado. A partir de allí la cosa cambió. La cobertura de atención privada del 2000 al 2011 se incrementó en un 1´097,000 estudiantes y lo contrario sucedió con la educación pública que se redujo en 1´057,000 estudiantes.
Las caídas más fuertes se produjeron en la educación primaria y secundaria con 865 mil estudiantes y 239 mil estudiantes respectivamente. La educación superior no universitaria también registró 46 mil alumnos menos. Las únicas ofertas públicas que crecieron fueron la educación inicial (que recién está en vías de la universalización) y la educación superior universitaria (por la aparición de nuevas universidades públicas) con 78 mil y 99 mil estudiantes respectivamente.

3). La ciudad de Arequipa con 50.1% es la que tiene el porcentaje de matrícula privada más alto en el país, superando en 1.1% a la ciudad de Lima que llega a 49%. En tercer lugar está Trujillo 44.1% seguido de Callao 39.7% Chiclayo 38.6% e Ica 30.7%.

La pregunta que cae por su peso es si la educación privada crece como consecuencia del fuerte magnetismo que ejerce su calidad comparativa, o simplemente por decepción frente a la educación pública sumado al mito de que “todo lo privado es mejor” junto a la tranquilidad que le da a los padres que no hayan huelgas y su capacidad como “clientes” de tener voz y voto para quejarse cuando algo anda mal con la educación de sus hijos. Parece ser que estos últimos argumentos son los que mejor explican esta migración que se ve favorecida por una falta de cultura de evaluación de calidad de las instituciones educativas.Si esta existiera, una parte de los usuarios de la educación privada se darían cuenta que lo que se les ofrece es poco menos que una estafa de menor calidad que la que obtendrían en la escuela pública.

Ocurre que hay colegios privados que ofrecen un servicio educativo muy superior al de los públicas, pero a su lado hay colegios privados muy malos. Si no se hace el esfuerzo por distinguir unos de otros, se cae en el error de generalizar y asumir de modo acrítico que todos los colegios privados son mejores que todos los colegios públicos, cosa que no es cierto.

Por otro lado resulta interesante intentar una visión de futuro de qué pasará en la medida que esta tendencia se acentúe. Es decir, cuando la oferta de educación privada llegue a abarcar al 60 ó 70% del total de los estudiantes de educación básica, al menos en las principales ciudades del Perú, alentadas por el crecimiento económico de todo el espectro de las clases medias. Sumado a ello, cuando el mercado educacional esté compuesto por una oferta de educación privada digital, online, internacional, que permitirá a cada uno escoger el tipo de educación que desea dentro de un catálogo de ofertas mundiales. En ese momento, el estado tendrá que elegir entre seguir financiando la educación pública tal como existe hoy (pago de planillas de profesores, mantenimiento, infraestructura, materiales didácticos y textos escolares) o en cambio financiar al usuario (es decir, entrega de vales pagados a los padres para que ejerzan el derecho a la educación gratuita eligiendo la que prefieran dentro del catálogo de opciones que ofrece el mercado privado).

En esa dirección están yendo Estados Unidos, varios países nórdicos y asiáticos. ¿Será igual en el Perú?

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