Correo 20 09 2013

Con este título Andrea Linares hizo una interesante nota para El Tiempo de Colombia (31/8/2013) que tiene enormes similitudes con el caso peruano. Allá los historiadores se quejan de que la desaparición de la asignatura escolar de historia, que ha quedado confundida con las ciencias sociales, ha producido una generación de colombianos que desconocen la historia de su país. No saben de dónde vienen ni pueden formar parte de un colectivo que tenga una identidad y aspiraciones futuras compartidas. Esta pérdida de memoria nacional se constituye en una tragedia que hace que la población sea presa fácil de mitos y manipulaciones de argumentos sin mayor sustento en la historia nacional.

La historia se ha reducido a un popurrí de hechos, personajes, héroes, batallas, presidentes y anécdotas enciclopédicas sin mayor interés para estudiantes.

La historia para tener sentido debe aprenderse de manera contextualizada, con componentes económicos, sociales, políticos, religiosos, geográficos, artísticos, culturales y otros que le dan sentido a los hechos, incluyendo los movimientos sociales y las tensiones históricas que han gestado el odio y la dificultad de convivencia entre connacionales que se registra en nuestros países.

A todo esto hay que agregar que si el currículo de historia lo definen los historiadores expertos académicos en la cátedra universitaria, habrá siempre el abismo metodológico de quienes no siendo pedagogos de adolescentes no tienen idea de cómo ellos piensan y cómo abordar la historia desde su interés juvenil. Si para el historiador es esencial empezar del pasado y avanzar cronológicamente hacia el presente, para el adolescente es al revés y ni siquiera tiene mucho sentido una secuencia cronológica sino más bien un abordaje temático.

No está de más tomar nota que los peruanos que estudiaron historia hace décadas en el formato clásico, tampoco dominan los conocimientos de la historia y mucho menos parecen haber aprendido las lecciones de la historia, porque de ser así, no tendríamos las enormes fracturas, conflictos sociales e incompetencias institucionales que hoy están diseminados por el territorio nacional.
Hay que encargar a pedagogos expertos en adolescentes la definición de la manera de abordar la enseñanza de historia nacional.

Artículos afines:

Orgullo sobre la base de falsedades (Identidad Nacional)

El origen de la escolarización moderna