Correo 25 10 2013

El resultado de la Corte de la Haya puede ser uno de dos: o Perú gana (aunque sea alguito, por primera vez en la historia) o Perú pierde (una vez más, como tantas en la historia). Dependiendo de ello se derivarán sentimientos de sana convivencia o de nueva irritación hacia Chile. Buena parte de lo que ocurra a partir del día siguiente de La Haya tendrá que ver con la orientación que sobre el tema le den al público los políticos, líderes de opinión y periodistas. Así mismo, lo que los educadores lleven como explicación a los alumnos en las universidades, institutos y colegios.

La pregunta es ¿estamos preparados? ¿Hay coordinaciones de autoridades nacionales con políticos, directores de medios, columnistas, empresarios, congresistas, gobernantes regionales, alcaldes, líderes de opinión? ¿Hay materiales y enfoques didácticos ya elaborados para encarar estos escenarios? ¿Se ha capacitado a los profesores para que sepan cómo orientar a los alumnos? Parecería ser que la respuesta es que no estamos bien preparados. Lo único que se escucha ocasionalmente es alguna alusión a la fecha probable del fallo (que se cambia cada vez).

Es hora de impulsar aquello se está haciendo bien aunque todavía a pequeña escala. Los presidentes Ollanta Humala y Sebastián Piñera han tenido encuentros y declaraciones públicas atinadas, ponderadas y responsables asumiendo el respeto y acatamiento al fallo. El Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile (IEI) y el Instituto de Estudios Internacionales de la PUCP (IDEI) bajo auspicios de la Fundación Konrad Adenauer han realizado ocho encuentros binacionales entre líderes de opinión chilenos y peruanos, alternativamente entre Perú y Chile, para motivar la comprensión mutua y la apuesta por la convivencia pacífica y colaborativa entre ambos países. Hay útiles libros binacionales como el editado por Eduardo Cavieres y Cristóbal Aljovín “Chile-Perú. Perú-Chile. 1820-1920.

Desarrollos políticos, económicos y culturales” por cooperación entre la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, el Convenio Andrés Bello y la Universidad Nacional Mayor San Marcos.

Pero hay que trabajar más para poner el tema en la agenda nacional, en particular la de los líderes políticos, educadores y medios de comunicación.