Ser sociable, extrovertido y capaz de trabajar en grupo se ha convertido en una fórmula imbatible, a la que educadores y empleadores apelan para producir la máxima productividad de las personas que deben hacer tareas productivas. Por lo tanto, se ha vuelto un requisito central para el quehacer del mundo laboral y educativo. Sin embargo, Susan Cain denuncia que eso favorece especialmente a los extrovertidos y perjudica a los introvertidos, que viven el difícil y doloroso trance de renunciar a su naturaleza. Se pierde de vista que muchos introvertidos tienen cualidades y talentos extraordinarios y entre ellos se cuentan grandes innovadores y transformadores del mundo, debido precisamente a su trabajo solitario e introvertido. (El poder de los introvertidos–TEDTalks). Cita a Albert Einstein. Sigmund Freud, Steve Jobs, Eleanor Roosevelt, Rosa Park, Darwin, Gandhi, grandes líderes transformacionales de la historia que se auto describían como introvertidos, tranquilos, tímidos.

De un tercio a la mitad de la población es introvertida. Cuando se trata de creatividad y liderazgo también se necesita de los introvertidos. No se refiere a los tímidos que tienen miedo social, sino a quienes prefieren estar en ambientes tranquilos, con poca estimulación externa.

Las escuelas y centros de trabajo están diseñados pensando en los extrovertidos y las grandes necesidades de estimulación y las creencias de que la creatividad y productividad dependen de la estimulación externa. Así, en las aulas se ven montón de escritorios juntos con 4 ó 5 niños haciendo tareas de grupo incluyendo las matemáticas y escritura creativa que podrían considerarse más bien dependientes de la introspección solitaria y profunda. Los niños que prefieren apartarse y trabajar solos son tachados por atípicos, problemáticos. Ya se instaló en los profesores la preferencia por estudiantes extrovertidos, aún si los introvertidos sacan mejores notas. En las oficinas también predominan los espacios abiertos, sin paredes, con mucho ruido y transparencia. Se excluye de roles de liderazgo a los introvertidos pese a que suelen ser más prudentes y menos propensos a los riesgos excesivos.

Una investigación de Adam Grant (Wharton) ha constatado que “los líderes introvertidos a menudo arrojan mejores resultados que los extrovertidos, debido a que cuando tratan con empleados proactivos son más propensos a dejar a esos empleados ejecutar sus ideas, mientras que alguien extrovertido puede, involuntariamente, emocionarse tanto con las cosas como para poner su propia huella en ellas haciendo que las ideas de las otras personas no afloren con facilidad”.

Lo que reclama Susan Cain es un mayor equilibrio, un ying yang entre los introvertidos y extrovertidos, lo que puede ser particularmente importante cuando se trata de creatividad y productividad. Sobran los ejemplos de solitarios creativos. Darwin daba largas caminatas solitarias por el bosque y rechazaba las fiestas. Theodor Geisel Steve Wozniak famoso por colaborar con Steve Jobs en montar Apple Computer era solitario. En la mayoría de las religiones los líderes (Moisés, Jesús, Buda, Mahoma) son buscadores que se van solos al desierto, donde tienen profundas epifanías y revelaciones que luego brindan al resto de la comunidad.

a psicología moderna explica cómo las personas cuando están en grupo modifican su pensamiento por quedar bien, por imitar, por seguir el hilo de otros especialmente los más carismáticos y dominantes. Por ellos sería mejor que cada uno piense primero sus ideas y luego se reúnan en grupo para intercambiarlas.

Parece ser que la historia cultural de Estados Unidos y Occidente ha favorecido a las personas de acción por encima de las personas contemplativas como era el caso en oriente. Y más recientemente en el siglo XX se giró hacia la cultura del cultivo de la personalidad, al pasar de la economía agrícola al mundo de los grandes negocios que produce la migración de la gente del campo a la ciudad, de trabajar en familia o comunidad a trabajar rodeado de extraños, que es un ambiente en el cual cualidades como el magnetismo y el carisma de se vuelven importantes.

En suma, no se trata de despreciar las habilidades sociales o el trabajo en equipo. Se trata de darle a los introvertidos la libertad de ser ellos mismos.