Correo 31 01 2014

Ser sociable, extrovertido y capaz de trabajar en grupo se ha convertido en una fórmula imbatible exigible por educadores y empleadores para producir la máxima productividad. Susan Cain denuncia que eso perjudica a los introvertidos, que son al menos un tercio de la población, y frecuentemente tienen muchas cualidades y talentos. Inclusive grandes innovadores y transformadores del mundo fueron exitosos precisamente gracias a su trabajo solitario e introvertido: Einstein, Jobs, Eleanor Roosevelt, Rosa Park, Darwin, Gandhi. (El poder de los introvertidos–TEDTalks)

Las escuelas y centros de trabajo están diseñados pensando en los extrovertidos y las grandes necesidades de estimulación externa y la creencia de que la creatividad y productividad dependen de esa estimulación externa. Ya se instaló en los profesores la preferencia por estudiantes extrovertidos, aún si los introvertidos sacan mejores notas. En las oficinas también predominan los espacios abiertos, sin paredes, con mucho ruido y transparencia. Se excluye de roles de liderazgo a los introvertidos pese a que suelen ser más prudentes y menos propensos a los riesgos excesivos. Todo ello pese a que la psicología social muestra cómo las personas que están en una discusión grupal suelen modificar su pensamiento original por quedar bien, imitar, por seguir el hilo de otros especialmente los más carismáticos y dominantes, aunque no sean los que tengan las mejores ideas.

En suma, Susan Cain afirma que es bueno para todos darle a los introvertidos la libertad de ser ellos mismos.

Artículos afines:

¿Qué tiene de malo ser introvertido? (versión extendida)