El Tiempo (Piura) 29 03 2014

Alfie Kohn escribió en el Washington Post una columna comentando cinco presunciones que pese a estar equivocadas, por responder a intereses corporativos muy fuertes de algunos actores de la educación, siguen dando vueltas por el mundo de la educación como si fueran ciertas, perjudicando a los alumnos. La más reciente, la de la garantía de que si los alumnos alcanzan un núcleo de estándares nacionales comunes para todos, mejorará su nivel de aprendizaje. (Five bad education assumptions the media keeps recycling, 29/08/2014). Si bien están enfocadas en la realidad de los EE.UU. no deja de ser interesante también para nosotros. Estas cinco presunciones son:

1). Estados Unidos necesita desesperadamente buscar en otros países la solución al desempeño mediocre de sus alumnos. Esto no es cierto si es que se consideran mediciones que se hacen con otras pruebas que se aplican a niños de 4to y 8vo grado en la que los norteamericanos salen encima del promedio: pruebas de elección múltiple para macar una de las respuestas no refleja el dominio de los alumnos sobre los temas a abordar. Solo es un indicador de su habilidad para rendir esas pruebas, que es una habilidad en sí misma. Además, convertir la educación en una competencia en la que importa quién gana a quién no tiene mucho sentido educativo

2). La mejor manera de juzgar el éxito o fracaso de la educación es observar los resultados de las pruebas estandarizadas, y compararnos con los puntajes que obtienen otros países. Esto no es cierto, ya que las pruebas estandarizadas son herramientas poco confiables para evaluar la calidad de la educación. Hay pésimos profesores cuyos alumnos obtienen buenos puntajes y profesores excepcionalmente creativos e inspiradores cuyos alumnos sacan bajos puntajes.

3). El objetivo fundamental de la escuela es transmitir a los niños los conocimientos y habilidades para ser competente en la economía globalizada (o sea, entender la educación en términos de su rol económico y que no se trata de tener éxito sino ganarle a otros). No deja de ser perturbador considerar a los alumnos como futuros empleados y reducir la educación a un intento de incrementar la rentabilidad de las corporaciones (como en la revolución industrial). La educación tiene que ser pensada en términos de sus valores intrínsecos y contribuciones a la vida en democracia

4). En cuanto a los alumnos, plantear que la razón de estudiar y avanzar en los pre requisitos del sistema educativo es la de lograr un empleo o posición que le permita ganar dinero, tan solo incrementa el desánimo hacia el estudio “per se”.

5). Se dice que un ingrediente fundamental para el éxito escolar es la persistencia, trabajo duro, procurar alcanzar mejores puntajes, con lo que los niños son puestos en un sistema de palo y zanahoria para tener éxito a toda costa. Sin embargo, muchos de los ensayos sobre la nueva ciencia del aprendizaje no son más que técnicas para la memorización de hechos de manera más eficiente y no de aprendizaje significativos que impliquen entender los fundamentos de las ideas.

No pocos psicólogos recomiendan detener la enorme presión que colocan los colegios sobre los alumnos. Es más psicólogos, coreanos critican a los americanos diciéndoles algo así como “nosotros estamos tratando de alejarnos de una educación orientada a los tests ¿y ustedes quieren embarcare en ella?”

Es hora de preguntarse si produce algún beneficio esta ideología que glorifica el trabajo duro, la disciplina y pretender fortalecerse en base a tolerar el fracaso y la frustración.

De tanto repetir estas falsas presunciones por parte de políticos, empresarios y periodistas estas se convierten en incuestionables sentidos comunes, pese a no tener sustento alguno en la literatura de los beneficios verificados de una buena educación. Esta planteado de modo que no hay necesidad de demostrar nada: “se sabe” que es así, que lo alumnos son flojos, que mejorar los puntajes beneficia la economía o que la sobre exigencia para responder a los estándares es buena para todos. Mientras, la educación sigue caminando en reversa.