¿Por quién votar en la próximas elecciones presidenciales? (León Trahtemberg)
Hay muchos ángulos para el análisis: la formación y trayectoria del candidato, su ejecutoria pasada, su equipo y entorno, sus calidades éticas y de liderazgo conocidas, etc. Esta vez, veamos el tema desde el ángulo de las promesas electorales.
¿Acaso los candidatos pueden cumplir sus promesas, aún en el supuesto que crean en ellas y quieran implementarlas? Los candidatos presidenciales estudian el mercado de votantes para identificar sus aspiraciones más sensibles y modelan sus propuestas y promesas para captar esos votos. A veces, son compromisos genuinos y duraderos. Pero muchas veces, son clisés electorales que se desvanecen el día de la votación.
Pero asumamos que el candidato realmente cree en la promesa que hace y tiene toda la intención de cumplirla. ¿Es eso posible sin tener una mayoría en el Congreso que produzca las leyes y acuerdos presupuestales que ello requiere? Usualmente, NO.
Siendo así, lo que deberíamos esperar de un buen candidato no es que haga una promesa con la que podamos identificarnos, sino que ella vaya de la mano con la humildad de aceptar que para sacarla adelante hará todo lo posible por encontrar aliados en los otros grupos políticos, para lo cual debe mostrar gestos creíbles de que eso efectivamente será así.
¿Hay alguno a la vista? Por ahora, no.