Correo 08 07 2016

Interesante la columna de Avishai Matia en ynet del 30/06/2016 sobre klas notas escolares. Sostiene que una sociedad ansiosa por los resultados (notas) más que procesos (aprendizaje) olvida con frecuencia que los niños son seres humanos con sentimientos, inteligencia y curiosidad. Es importantes saber cómo llegar a ellos más que darles órdenes para que sean cumplidas en aras de alcanzar la excelencia. Se olvida que necesitan ser abrazados, entendidos, alentados, orientados, ayudarles a tener tranquilidad y paz interior.

Las notas así sean altas no miden nada y las libretas de notas de los diversos cursos (cuyos contenidos olvidarán en pocos días) no reflejan nada significativo de la vida de los niños. Lo que no olvidarán será las relaciones con sus amigos, los vínculos significativos con los profesores que los escuchaban con atención y orientaban con afecto, porque lo que importa de la vida escolar no son las notas que alcanzan los alumnos sino las relaciones humanas que se forjan dentro del ambiente escolar. Niños que aprenden a ser buenas personas, compañeros comprometidos, participantes activos de actividades que se orientan al bien común, también tendrán éxito en la vida adulta, serán queridos en sus hogares, y podrán avanzar en su vida profesional. Las personas más felices son las que tienen amigos, y no aquellos que sacaron mejores notas en el colegio.

De modo que pongamos el foco en convertir al colegio en un lugar más agradable, y generar todo tipo de actividades que apuntalen su autoestima, sus buenas relaciones sociales y les dé mayor seguridad personal

(OJO no se trata de no evaluar. Se trata de no etiquetar a los alumnos usando notas o letras para comparar, jerarquizar, discriminar, golpeando la autoestima de unos niños o exacerbando la vanidad de otros. Dejar de usar notas como sinónimo de prestigio, éxito, logro, porque poco tienen que ver con lo que los niños son como personas y con las habilidades para la vida)

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Columna afín:

Tu hijo no se define por sus notas escolares y otros demonios de la crianza

Hay que evaluar a un alumno, pero no se debe hacer como se hacía hace más de 200 años

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Grades Have Huge Impact, But Are They Effective?

The Case Against Grades By Alfie Kohn EDUCATIONAL LEADERSHIP November 2011

Singapur: Evolución en la educación: aprender a ver más allá de las notas. Los exámenes de primaria y secundaria se reducirán y las libretas de informes ya no mostrarán los niveles de la clase o el orden de mérito del alumno. La visión es cambiar la obsesión por las notas por el disfrute por aprender durante toda la vida.

VIDEO El efecto nocivo de poner notas

«Muchos niños son brillantes aunque sus notas digan lo contrario» Entrevista con Nora Rodríguez, pedagoga y autora de «Neuroeducación para padres» (Ediciones B) «hay un epígrafe del libro que se pregunta cómo pueden saber si los padres van por buen camino.

Es fácil. Si tu hijo se siente feliz de ser como es, pero con una felicidad que no pasa por el consumismo sino por aquello que le hace verdaderamente bien, si tiene amigos, sabe preguntarse y preguntar, si sabe darse respuestas, comparte, sabe volver a su interioridad por unos minutos… pues entonces vamos por buen camino. Está encontrando atajos para ser la mejor versión de sí mismo» En FB https://www.facebook.com/leon.trahtemberg/posts/818545248246012?pnref=story

El error de intentar medirlo todo. En un mundo evaluado por ‘likes’, algoritmos, indicadores y objetivos, los números no deben ser inmunes a la crítica. Estos parámetros son siempre reduccionistas. De entrada, porque la medición se refiere fundamentalmente a la parte cuantitativa de las cosas. Quien mide, inevitablemente, presta mayor atención a las dimensiones que se dejan medir mejor, de manera que éstas son privilegiadas en relación con otros aspectos de la realidad. La cuantificación hace que destaquen determinados aspectos, e invisibiliza a otros. La lógica de la medición tiene ciertos efectos secundarios. A menudo el impacto y la imagen se valoran más que el contenido

En esta charla de 10 minutos Khan explica porqué los alumnos que no logran los aprendizajes esperados para matemáticas desde los primeros grados están condenados a pasarla mal en todos los grados subsiguientes. La única solución es una educación que personaliza los tiempos y estrategias de aprendizaje de cada alumno, rompiendo el mito de que paracada grado todos los alumnos tienen que haber aprendido lo mismo

(Dice: Would you choose to build a house on top of an unfinished foundation? Of course not. Why, then, do we rush students through education when they haven’t always grasped the basics? Yes, it’s complicated, but educator Sal Khan shares his plan to turn struggling students into scholars by helping them master concepts at their own pace)

Artículo afín:

Cinco consejos de un psicólogo de Harvard para criar bien a los hijos. Según el experto, se debe formar a los hijos en respeto antes que exigirles buenas notas.

La tragedia silenciosa que afecta a los niños de hoy The silent tragedy affecting today’s children En los últimos 15 años: 1 de cada 5 niños tiene problemas de salud mental; 43% de aumento en TDAH; 37% de aumento en la depresión adolescente; Aumento del 100% en la tasa de suicidio en niños de 10 a 14 años; Criar una generación saludable en un ambiente insalubre. Los niños pagan con su bienestar emocional por la pérdida de la infancia bien equilibrada. ¿Qué está mal? La privación de padres emocionalmente disponibles, límites y orientación claramente definidos, responsabilidades, nutrición equilibrada y sueño adecuado, movimiento al aire libre, juego creativo, interacción social, oportunidades para tiempos no estructurados y aburrimiento. Niños interactúan con padres digitalmente distraídos, padres indulgentes que les permiten «gobernar el mundo“, sentido de derecho en lugar de responsabilidad, sueño inadecuado y nutrición desequilibrada, estilo de vida interior sedentario, estimulación sin fin, niñeras tecnológicas, gratificación instantánea y ausencia de momentos aburridos

Números y educación (Santiago Cardozo) Exaspera un poco ver cómo la reflexión sobre educación ha sido plenamente copada por el “virus” de los números: encuestas, porcentajes, indicadores, gráficas de barra o de torta o de líneas o de lo que sea, esta parece ser la lógica que asume hoy la reflexión sobre la educación; especie de zona dentro de la cual se puede reflexionar sobre lo educativo. Llegados a este punto, es como si la educación se identificara punto por punto con el aparato estadístico que procura “reflejarla”. ¿Por qué este aparato estadístico se ha vuelto la forma misma de la reflexión sobre la educación? ¿Por qué las autoridades educativas se mueven de acuerdo con esta lógica, situándola en el centro del debate y de sus decires, como si lo educativo no fuera más que un estado traducible a porcentajes, indicadores, expresable en intrincadas grillas de medición de la realidad misma? ¿Por qué esta necesidad de lo estadístico?

Los exámenes, un elemento más de la evaluación o algo que debe desaparecer. La última ha sido María Acaso. Su “Los exámenes no sirven para nada” de hace unas semanas había nacido para ser titular. Reabría así un debate viejo pero no resuelto.

«No creo en los resultados de PISA» El presidente del Instituto Weizmann pide que la educación fomente la imaginación. Zajfman preside el Instituto Weizmann de Israel, el sexto mejor centro educativo de ciencias —según el Índice de Innovación Natural 2017— y el único no estadounidense entre los diez que encabezan el ranking. En sus años como investigador de Física Molecular y luego dirigiendo a este instituto que sacó tres premios Nobel, comprobó que «sin el uso de la imaginación, la Matemática y la Física son inútiles». Es por eso que este científico descree de los resultados de las pruebas PISA, las que miden la capacidad de resolución de problemas en Matemática, Ciencia y Lengua en alumnos de 15 años. «La ciencia consiste en hacer buenas preguntas o pensar varias respuestas a un problema. No tiene sentido que se le pida al estudiante que memorice una respuesta concreta para un tipo de dificultad».

Vídeo: Las ideas fuerza de la educación en Finlandia en pocas palabras. En su reciente película «¿Qué invadimos ahora?» el siempre incisivo y polémico Michael Moore ha sabido explicar en unos pocos minutos el más que llamativo éxito educativo de Finlandia, un sistema basado en unas pocas ideas muy claras.https://www.youtube.com/watch?v=vuEhgfkPfho

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De los números a las letras

Razones para no usar notas

¡Tareas y notas a niños de 3 años de edad!

Las notas de los alumnos que pasan desapercibidos

El efecto nocivo de poner notas en las tareas escolares

Las notas producen más perjuicios que beneficios

Poner notas distorsiona las es obtienen notas bajas

¿Qué comunican las notas de fin de año?

Evaluación de alumnos: ¿Es necesario calificar y poner notas? (extenso)

Consejo a las madres ansiosas con la evaluación de sus hijos

Alumnos no Estudian en Defensa Propia

Richard Gerver: “Hay demasiadas modas pasajeras en la educación”.Las escuelas se centran demasiado en lo académico. En España o Inglaterra los exámenes son la razón de ser de la escuela. Esto tiene que parar. La educación no va de aprobar exámenes, sino de desarrollar a los jóvenes para que tengan éxito. Los profesores no necesitan los exámenes para eso. Seamos serios. Están evaluando a sus alumnos todo el tiempo. Los exámenes existen porque les gustan a los políticos y los piden los padres. Pero, en realidad, como herramienta, obstaculizan la educación, no la mejoran. La OCDE señala que los países con sistemas que se centran en exámenes son en los que los chicos tienen más dificultades para encontrar un trabajo. Esto se debe a que la educación no está enfocada a su desarrollo, sino a prepararlos para un examen.

Entrevista con Nora Rodríguez, pedagoga y autora de «Neuroeducación para padres» (España)

«Muchos niños son brillantes aunque sus notas digan lo contrario»

«Los aprendizajes que ocurren muchos antes de que estén preparados para ello dañan la autoestima y generan altos niveles de estrés. Esto a la vez se convierte en un modo de entender el aprendizaje con dolor, un dolor emocional que impide avanzar. Hoy la pedagogía actual sustituye esto con nuevos recursos, como por ejemplo, saber cuál es la mejor edad para aprender ciertas cosas».

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27/07/2016 (LT: Me resultó increíble encontrar en el otro lado del mundo alguien tan afín a lo que he venido sosteniendo hace meses respecto al currículo nacional y la necesidad de que el alumno disfrute de su vida escolar) Roger Schank: “El álgebra es como una religión y no enseña a pensar”. Por Ana Torres Menárguez http://economia.elpais.com/economia/2016/07/26/actualidad/1469530199_692638.html

Experto en Inteligencia Artifical y exprofesor en Yale: «La mayoría de la gente cree que las materias que se estudian en el colegio son las que hay que aprender y eso no es así. El programa académico de los institutos en Estados Unidos fue diseñado en 1892 por el entonces presidente de Harvard, Charles Eliot. Escogió biología, química, física, álgebra, trigonometría, geometría, literatura, historia y lengua extranjera. ¿Te resulta familiar? Esos eran los campos que se estudiaban en Harvard y la intención de Eliot era hacer la vida más fácil a los profesores de esa universidad, garantizando que los alumnos que entrasen lo harían con una buena base. Hoy se enseñan más de 150 programas en Harvard pero en los institutos (LT:colegios) todavía no hay asignaturas de programación o ingeniería medioambiental. ¿Cómo se explica eso?

¿Qué contenidos cree que se deberían enseñar en la escuela? R. Te tienen que enseñar cómo tener una vida mejor y ser más feliz. Sin embargo, el sistema te dicta erróneamente lo que debes saber.

¿Qué le recomendaría a un chaval de 18 años? R. Que se tome unos años antes de la universidad para descubrir todo lo que no le ha permitido el sistema educativo, para que entienda quién es y qué le gusta. Cuando llegan con 23 o 24 años son mejores estudiantes porque saben por qué están ahí. Mientras tanto, cualquier opción es buena: voluntariados en otro país, trabajo o prácticas.

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Roger Schank (Nueva York, 1946) cree que el actual sistema educativo se creó hace más de un siglo para la élite y los ricos; que se ideó para los intelectuales. Critica que en el instituto se estudie la obra de Cervantes o de Shakespeare que, en su opinión, no ayudan en nada a lo largo de la vida, y no se enseñe a saber buscar un trabajo. Su objetivo es tumbar el actual sistema educativo y construir una escuela online global con más de 500 programas académicos que permitan al alumno escoger lo que le interesa.

Sus palabras no serían tomadas en serio de no ser por los más de 30 años que dedicó a la docencia en universidades como Stanford. Considerado uno de los principales investigadores del mundo en Inteligencia Artificial, fue profesor de Ciencias de la Computación y Psicología en Yale y en los setenta se dedicó a investigar cómo educar a los ordenadores para que se comportasen como humanos. Cuando sus hijos comenzaron la escuela cambió el foco de su trabajo; se dio cuenta de que el verdadero reto era descubrir la mejor fórmula para educar a los humanos. A finales de los ochenta creó el Instituto de Ciencias de la Educación en la Universidad de Northwestern, en Chicago.

Hoy ofrece sistemas alternativos de aprendizaje basados en la enseñanza virtual desde su empresa Socratic Arts y dirige Enginees for Education, una organización sin ánimo de lucro que asesora a los estudiantes en la búsqueda de su vocación.

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Roger Schank: “El álgebra es como una religión y no enseña a pensar” Los alumnos que huían de las matemáticas

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Pregunta. ¿Cuál es su principal crítica al sistema educativo actual?

Respuesta. La mayoría de la gente cree que las materias que se estudian en el colegio son las que hay que aprender y eso no es así. El programa académico de los institutos en Estados Unidos fue diseñado en 1892 por el entonces presidente de Harvard, Charles Eliot. Escogió biología, química, física, álgebra, trigonometría, geometría, literatura, historia y lengua extranjera. ¿Te resulta familiar? Esos eran los campos que se estudiaban en Harvard y la intención de Eliot era hacer la vida más fácil a los profesores de esa universidad, garantizando que los alumnos que entrasen lo harían con una buena base. Hoy se enseñan más de 150 programas en Harvard pero en los institutos todavía no hay asignaturas de programación o ingeniería medioambiental. ¿Cómo se explica eso?

P. ¿Cree que habría que eliminar contenidos como el álgebra?

R. El álgebra es como una religión, todo el mundo cree que tiene beneficios pero no existe evidencia científica. No te podría decir la cantidad de personas que me han dicho que el álgebra enseña a pensar mejor, cuando no existe ninguna investigación que lo demuestre. Por eso digo que es como una religión; te dicen que Jesús visitó una montaña y, aunque no hay evidencias, la gente lo cree. Una vez terminado el instituto, nadie recuerda esos temas porque son inútiles y el 99% de los adultos nunca los han utilizado. Muchos estudiantes se sienten idiotas por no entender ese tipo de contenidos, genera frustración, hace a la gente llorar e incluso abandonar la escuela.

P. ¿Qué contenidos cree que se deberían enseñar en la escuela?

R. Te tienen que enseñar cómo tener una vida mejor y ser más feliz. Sin embargo, el sistema te dicta erróneamente lo que debes saber. Por poner un ejemplo, estudiar El Quijote en el instituto es un error. No te ayuda ni un segundo en tu vida, más allá de poder mantener una conversación sobre Cervantes. Es un sistema pensado para los intelectuales, pero hoy hacen falta otras competencias, como saber programar o conseguir un trabajo. Es importante ayudar a los niños a descubrir lo que más les gusta y para ello hay que ofrecerles programas abiertos y dejarles que decidan. Si un estudiante quiere ser médico, con programas de realidad virtual se pueden simular operaciones con pacientes reales y así puede descubrir si realmente le apasiona.

P. ¿Cuál es el principal freno para la modernización de la escuela?

El 99% de los adultos no ha usado el álgebra para nada en su vida

R. Siempre digo que todos los problemas de la educación empiezan por p: políticos y padres. Una vez tuve una discusión con el ministro de Educación de Italia porque presumía de ser el único país de Europa que exigía saber latín. Yo le dije que ese era el motivo por el que estaban tan atrasados. Si hablamos de los padres, se echarían a la calle si les decimos que sus hijos ya no van a estudiar trigonometría. Evitan el cambio porque presumen que la escuela que tenemos es la correcta. Que me enseñen la evidencia de que ayuda al mejor desarrollo del cerebro.

P. Universidades como la de Texas, Rutgers o la de Mondragón en México ya están utilizando sus plataformas online de aprendizaje. ¿En qué se diferencian de la metodología tradicional?

R. Soy psicólogo y he estudiado el funcionamiento de la mente toda mi vida. Los humanos comunican mejor las historias reales, son las que recuerdan, por eso las clases magistrales no funcionan. En las conversaciones reales se toman turnos y cada uno de los participantes no suele hablar más de dos minutos. Eso explica por qué somos capaces de mantener la atención. He analizado cómo funciona el aprendizaje y la base es hacer preguntas, intentar hacer cosas, fallar, pedir ayuda e intentarlo otra vez. Es lo que llamamos learning by doing (aprender haciendo) y es lo que hace mi plataforma; simula experiencias que permiten a la gente practicar, identificar qué hacen mal y corregirlo. Nadie quiere ser enseñado. Los niños aprenden solos, simulan construir ciudades con bloques, imaginan cómo ser padres con muñecos y ocasionalmente piden ayuda. En nuestra plataforma se trabaja por proyectos en lo que llamamos Story Centered Curriculum -programa basado en historias-. Tenemos ya uno de análisis de datos y ahora estamos diseñando otro en ciberseguridad.

P. Critica la fórmula de las universidades y sin embargo trabaja con ellas.

R. Tengo que confesarte que ya no queremos seguir trabajando con universidades porque no quieren romper con lo establecido, quieren continuar con las clases magistrales y los exámenes. Ahora nos interesa más ofrecer los programas directamente a grandes empresas que quieren enseñar a sus empleados a hacer bien su trabajo y ponerse al día con nuevas técnicas de análisis de datos. Esta es mi forma de ganarme la vida, pero mi interés real es destruir el sistema educativo.

P. ¿Cómo casa su forma de pensar con la cantidad de años que dedicó a docencia en universidades de élite como Yale?

R. Cuando llegué a Yale, pensaba que era uno de los mejores lugares del mundo para trabajar. Con los años, renuncié como profesor porque me di cuenta de que estábamos generando un perjuicio intentando ir de algo que no éramos. Un docente de Yale es sobre todo un investigador que publica en revistas científicas y da charlas. Su misión es hacer de los estudiantes futuros investigadores y si ellos no quieren serlo, se equivocaron de universidad. Ellos no saben que están en la mejor escuela, pero de investigación.

El sistema educativo en Estados Unidos se ha arruinado por universidades como Harvard, que recomienda ser muy bueno en materias como álgebra o trigonometría para sus pruebas de admisión, basándose en el programa de 1892. Los institutos mantienen ese programa para intentar generar potenciales alumnos para Harvard. Es una fórmula que hace mucho más fácil cribar entre 30.000 solicitudes anuales, pero está desfasada.

P. ¿Qué le recomendaría a un chaval de 18 años?

R. Que se tome unos años antes de la universidad para descubrir todo lo que no le ha permitido el sistema educativo, para que entienda quién es y qué le gusta. Cuando llegan con 23 o 24 años son mejores estudiantes porque saben por qué están ahí. Mientras tanto, cualquier opción es buena: voluntariados en otro país, trabajo o prácticas. En mi país hablamos de sexo, drogas y rock & roll, eso es lo que les toca a esa edad. ¿Alguien cree que tiene sentido pagar 50.000 dólares de matrícula para hacer eso?