El Tiempo, Piura 18 02 2017 Diarios Regionales 19 02 2017

Una sugerente columna “Sin educación emocional, no sirve saber resolver ecuaciones” publicado en El País de España el 20/01/2017 menciona las preocupaciones de Rafael Guerrero en la formación emocional de los futuros profesores de inicial y primaria en la Universidad Complutense.

Le preocupa el hecho de que pese a que muchos de los problemas de los adultos se deben a las dificultades en la capacidad de regulación de las emociones que debió aprenderse desde la infancia, es algo de lo que la escuela no se ocupa. Como consecuencia de ello se desarrollan niños con inseguridad, baja autoestima, comportamientos compulsivos, problemas de adaptación, que en el mundo adulto lo expresan en el campo personal y laboral.

La inteligencia emocional es la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos, según la definición de psicólogos Peter Salovey y John Mayer de Yale que en los años 90’s plantearon ese concepto aludiendo a las destrezas para saber qué pasa en el propio cuerpo, entender los sentimientos, tener control emocional, empatía, capacidad para motivarse y otras diversas habilidades sociales.

Posteriores estudios muestran reiterativamente que los jóvenes con mayor regulación emocional rinden mejor, se cuidan más a sí mismos y los demás, tienen menos comportamientos de riesgo y mayor resiliencia para lidiar con las adversidades. Ello previene además trastornos psicológicos en la adolescencia, como los cambios bruscos de carácter, abuso de sustancias riesgosas y trastornos en la alimentación. Reduce la intensidad y frecuencia de los estados de ánimo negativos, protege del estrés, previene la ansiedad y la depresión. Además, forjan relaciones con sus familiares y compañeros mucho más satisfactorias. (“Los efectos a corto y medio plazo de la formación en inteligencia emocional en la salud mental de los adolescentes”, en Journal of Adolescent Health (2012), elaborado por investigadores de las universidades públicas de Málaga, Huelva y el País Vasco).

En la medida que se enseñe a los docentes a mirar, escuchar y entender sus propias emociones y a partir de ello también las de sus alumnos, se contribuirá a una mejor formación docente. Es un asunto que atraviesa todos los niveles socioeconómicos y conformaciones familiares. Ignorar todo esto en la formación de los maestros y escolares es una verdadera estafa educativa.

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Educación emocional en las escuelas: ¿sí o no?

Objeciones a la educación emocional, por Ana Abramowski, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso, Argentina).,Esta clase de educación se centra en el disciplinamiento de los individuos. Lo emocional, lejos de explorarse, comprenderse y, por qué no, amplificarse, es sometido a la autorregulación. En este sentido, se trata de una educación con una fuerte impronta adaptativa. El énfasis en las emociones positivas niega y obtura las emociones difíciles y poco clasificables (que se califican con el simple rótulo de “negativas”), emociones que forman parte de lo humano y cuyo destino no debería ser la simple regulación. Para la educación emocional, las emociones son simples, transparentes, auténticas y están ubicadas en el yo. No tienen historia ni están atravesadas por relaciones de poder, condiciones materiales, ideologías ni políticas. El énfasis de la educación emocional en el trabajo de autoexamen y autorregulación de los individuos deposita en cada persona la responsabilidad de su éxito o de su fracaso, de su alegría o de su sufrimiento. Por estos motivos, la educación emocional psicologiza, individualiza, descontextualiza y emocionaliza los problemas educativos.

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Más educación emocional Luz Amparo Martínez 26/05/2017 “Las habilidades en inteligencia emocional se traducen en que un docente es capaz de mirar, escuchar y entender las necesidades de un alumno. «Puede parecer obvio, pensar que todos los maestros tratan así a los chicos, pero no todos lo hacen. Nadie está dispuesto a reconocer el abandono emocional». La comprensión y gestión de las emociones como un factor clave en el desarrollo de niños y jóvenes.

NEGLIGENCIA EMOCIONAL EN LA INFANCIA Si como adulto:

– No confía en sus emociones e instinto, ya que le han enseñado a ocultarlos e ignorarlos.

– Tiene dificultades para reconocer sus emociones y sentimientos ya que nunca fueron validados.

– Tiene problemas para expresar de forma asertiva sus emociones, por lo que asume posturas extremas: permite que los demás le pisoteen o se muestra muy agresivo.

– Desarrolla una baja autoestima pues cree que no es digno de ser amado.

– Experimenta sentimientos de culpabilidad y cree que no tiene derecho a ser él mismo.

es probable que haya sufrido de negligencia emocional en la infancia, que crea adultos poco asertivos http://www.rinconpsicologia.com/2017/01/la-negligencia-emocional-sufrida-en-la.html