Ediciones regionales 24 06 2018

El artículo «El conflicto entre padres puede causar daños duraderos a los niños» de Alice C. Schermerhorn fue reseñado por la revista digital ScienceDaily el 28/03/2018. Alude a los daños duraderos causados por los abusos físicos o emocionales en sus hijos, ya que entre otras cosas puede minar su capacidad de confiar en los demás y de leer con precisión sus emociones.

Alude a que las adversidades de nivel relativamente bajo en el conflicto entre padres y madres pueden causar esos daños duraderos por la perturbación del procesamiento emocional de estos niños, convirtiéndolos en excesivamente vigilantes, ansiosos y vulnerables a las interacciones humanas, aún si estas son neutrales.

El estudio abarcó a 99 niños de nueve a once años de edad que se dividieron en dos grupos en función de una serie de evaluaciones psicológicas que evaluaron el nivel de conflicto parental. Se les mostró fotografías de parejas que mantenían interacciones felices, enojadas o neutrales para que las clasificaran por categorías. Los niños de las familias de bajo conflicto puntuaron las fotos con precisión. En cambio los de hogares con alto nivel de conflicto pudieron identificar con precisión a las parejas felices y enojadas, pero no a las que estaban en posición neutral: las interpretaron incorrectamente como enojadas o alegres o diciendo que no sabían en qué categoría encajaban.

Schermerhorn postula que la percepción de conflicto y amenaza lleva a los niños a estar atentos a las señales de problemas por lo que interpretan las expresiones neutrales como enojadas. Eso se vuelve más pronunciado en los niños tímidos que resultan más vulnerables al conflicto entre los padres.

Estos niños en el futuro estarán demasiado alertas y ansiosos lo que puede ser desestabilizador de muchas maneras diferentes; además, mal interpretar las interacciones entre personas puede ser perjudicial para sus relaciones con maestros, compañeros y parejas en relaciones amorosas.

Es razonable asumir que no es posible eliminar los conflictos y desavenencias entre padres por completo ni que los hijos sean testigo de ellos, pero se les puede ayudar a procesarlo transmitiéndoles el mensaje de que el problema no es con ellos, y que aun cuando discuten los padres se preocupan el uno por el otro y pueden resolver los problemas.

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