Correo 06 09 2019

No hay necesidad de aprobar las evaluaciones censales de 2do grado para sumar 1+1 en ciencias políticas: si SUNEDU choca con intereses universitarios que tienen un back up en determinados grupos políticos y congresistas, éstos se ocuparán de descreditarla y si es posible desaparecerla. De ese modo, al igual que se han ocupado de crear mecanismos para ahuyentar a buena parte de los juristas reputados y competentes para que no se presenten a los concursos para los cargos de mayor jerarquía ética y profesional que requiere el país, harán lo propio con gente ética y profesionalmente competente como Martín Benavides y su consejo directivo para desprestigiarlos y eliminar la SUNEDU o colocar en sus puestos claves a personas que puedan manipular a su gusto.

No está en discusión que puedan revisarse normas, procesos y detalles específicos de su quehacer, a lo que Martín Benavides nunca se ha negado. En su momento yo planteé algunos reparos respecto a la ley universitaria y los alcances de SUNEDU para procurar levantar el techo de las denominadas buenas universidades. Pero a estas alturas del camino, con un proceso de licenciamiento universal en marcha, de lo que se trata es de preguntarse por qué la comisión de educación con respaldo del pleno parten de la premisa de que hay cosas oscuras y corruptas en su operación que merecen que se abra una comisión investigadora que a todas luces distraerá tiempo, recursos y esfuerzos de la SUNEDU, en lugar de concentrarse en terminar esta etapa de su trabajo de licenciamientos en diciembre. En lugar de hacer un grupo de trabajo para ver cómo apoyar a SUNEDU se plantea crear una comisión para entorpecer y desacreditar.

Claro, las universidades sancionadas o no licenciadas deben estar satisfechas con que su brazo político esté bloqueando al fiscalizador. La pregunta de la ciudadanía preocupada debería ser cómo en ese contexto se bloquean los afanes desestabilizadores gestados por intereses particulares.

Con lo que regresamos a lo mismo: si la ciudadanía elige con ligereza e indiferencia respecto al futuro de sus hijos a los representantes que habrán de legislar, ejecutar, fiscalizar o juzgar el desarrollo nacional, no debería quejarse luego del boomerang de lo que ha elegido. Si permite que se desacredite y descabece a SUNEDU, estarán avalando el triunfo de la mediocridad.

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