En el libro “¿Quiénes prosperan?” de Lawrence E. Harrison, (Basic Books, NY 1992), prologado por Mariano Grondona, se reseñan los valores culturales que están presentes en el éxito económico y político de algunas naciones, y ausentes en otras que se mantienen subdesarrollados. Para él “Las sociedades progresistas fomentan la crítica y la experimentación, y ayudan a las personas a descubrir sus talentos e intereses y a encontrar sobre esa base el empleo adecuado. Estas sociedades están impregnadas de la idea del mérito personal, y juzgan a los individuos más por su desempeño real que por sus antecedentes familiares o de clase. En un ambiente tal es probable que florezcan el pluralismo político y una amplia participación ciudadana. La libertad que alimenta la expresión de la creatividad también alimenta a los sistemas políticos democráticos y los vuelve más estables y perdurables”.
Según el autor el modelo capitalista democrático es el que más alimenta la creatividad humana, que es el verdadero motor del progreso. Esta florece cuando las personas prevén que serán tratadas con justicia y así sucede tanto en los tribunales de justicia, la administración pública o las empresas. Requiere además un sistema educativo eficaz y accesible, que provea de herramientas intelectuales y profesionales básicas, nutra el espíritu de indagación, estimule las facultades críticas, el disenso y la creatividad, y capacite a las personas para resolver los problemas que las afligen. Así mismo requiere contar con un sistema de salud que proteja a la población de las enfermedades mortales o invalidantes.
Grondona se pregunta ¿cuáles son las fuerzas culturales que facilitan o sofocan la creatividad humana y hacen que un país progrese? y contesta 1). El sentido comunitario y la empatía social, es decir la confianza mutua. Afecta las actitudes respecto a la cooperación y las transacciones. Donde no existe confianza mutua, las empresas y la administración pública se vuelven centralistas y controlistas, se ahoga la creatividad en las funciones de gobierno y en la iniciativa privada, y se presta a la corrupción y los privilegios. 2). El rigor de su sistema ético, que en muchos casos emana de la religión e influye en el grado de justicia social y en la ecuanimidad de la justicia. 3). La forma en que se ejerce la autoridad dentro de la sociedad. El autoritarismo implica una visión jerárquica del mundo, que promueve el paternalismo, el clientelismo y la rigidez social comunes en el Tercer Mundo 4). Las actitudes favorables relativas al trabajo, la innovación, el ahorro y el lucro.
Grondona hace una tipología del progreso humano señalando la diferencia entre las sociedades que alimentan el progreso humano frente a las que lo dificultan

a). En las primeras la religión explica y justifica el éxito; en las segundas, explica o alivia el sufrimiento
b). En las primeras la riqueza es creada por la iniciativa de los individuos; en la segunda se la considera un recurso natural que debe adquirirse o redistribuirse.
c). En las primeras la competencias es entendida como una fuerza positiva; en las segundas, se la desalienta.
d). En las primeras la justicia económica exige practicar el ahorro y la inversión en beneficio de generaciones futuras; en las segundas, exige una distribución equitativa dentro de la generación actual.
e). En las primeras el trabajo es un deber social y moral y una forma primordial de autoexpresión y de satisfacción personal; en las segundas, es una carga, un mal necesario. El placer y satisfacción solo se pueden encontrar fuera del lugar de trabajo.
f). En las primeras, el disenso se considera vital para el progreso; en las segundas, el herético es un delincuente que amenaza la estabilidad y solidaridad sociales.
g). En las primeras la educación nutre el espíritu indagador y la creatividad; en las segundas, se trasmite la ortodoxia.
h). En las primeras se favorece el pragmatismo, racionalismo, empirismo y utilitarismo, mientras que en las segundas impera la tradición, la emoción y el azar, trayendo como consecuencia el estancamiento.
i). En las primeras la perspectiva temporal está puesta en el futuro manipulable; en las segundas está puesta en el pasado, en tanto el futuro es concebido como destino, a partir de una concepción fatalista.
j). En las primeras el mundo es controlado por las acciones de los hombres; en las segundas, el mundo es controlado por fuerzas inexorables.
k). En las primeras, la vida es algo que tengo que hacer; en las segundas, la vida es algo que me sucede.
l). En las primeras se alienta el optimismo; en las segundas la meta es la supervivencia y prevalece un estado de ánimo pesimista.
Sin duda, es un material para pensar.