1. Un breve resumen acerca de la historia del Colegio León Pinelo.
Entre 1945 y 1950 nacieron varios colegios judíos en América Latina, entre ellos el “León Pinelo”, reaccionando a cinco motivaciones: el antisemitismo de los colegios locales que incomodaba a los judíos, el holocausto que dejó heridos a todos los judíos que no murieron, el sionismo asociado al recientemente creado estado de Israel, la expectativa de criar jóvenes en un ambiente educativo formal judío que supliese las incapacidades de los padres y la asimilación que acechaba a los ansiosos padres de la primera generación de jóvenes nacidos en el Perú.
Empezó en el año 1946 con 33 alumnos de 5 a 7 años y en 1955 egresó de secundaria su primera promoción. Hoy tiene 370 alumnos y es de los colegios líderes del Perú. Sus fundadores hicieron honor al mensaje de Herzel: “Si lo queréis, no será una leyenda”
2. ¿Cuál es su experiencia pedagógica frente al Colegio León Pinelo?.
Empecé como profesor en 1969 a los 18 años y como director en 1984, luego de hacer por dos años una maestría en educación en la Universidad Hebrea de Jerusalem. Este ciclo terminará el próximo año. Han sido años muy estimulantes en los que he podido desarrollar mis planteamientos pedagógicos y tener el tiempo de verlos producir resultados. He aprendido mucho y he procurado que la experiencia pinelina se filtre hacia toda la comunidad educativa peruana a través de la presencia de profesores del colegio en múltiples eventos educativos nacionales y colaborando con el Ministerio de Educación.
En lo personal, mi presencia en radio, televisión y prensa escrita me ha permitido contribuir al esclarecimiento sobre temas judíos e israelíes, y a su vez en otro ámbito, hacer propuestas para mejorar y reformar la educación nacional.
3. Su opinión acerca de lo positivo y negativo del éxodo de la comunidad judía peruana en el exterior.
Exceptuando algunos judíos peruanos que con sus delitos han deshonrado a la comunidad y cuya emigración ha sido desintoxicante, la mayoría de los judíos del Perú que ha emigrado mayormente a Israel, Estados Unidos, y en menor medida hacia diversos países de América Latina, han contribuido positivamente al desarrollo de esas sociedades a través de sus actividades en la medicina, ciencia, ingeniería, finanzas, industria y comercio. Es curioso pero el activismo comunitario en el Perú los ha entrenado y motivado para asumir roles dirigenciales en varias comunidades judías en las que se han instalado.
No veo nada negativo en esta emigración más allá del costo económico y social de ver reducida la población de la comunidad judía peruana que necesita una masa crítica de asistentes y contribuyentes para su subsistencia.
4. ¿Cómo ve usted la educación Judía en América Latina frente a la globalización?
No está preparada. En lugar de afirmar su identidad judía la vocación por el inglés la está americanizando. Pero los padres que quieren un colegio americano prefieren la versión original y no la copia judía, y los que quieren la particularidad judía la ven extinguirse por la asimilación a lo americano. Por lo demás, a contracorriente de las empresas exitosas que buscan a los mejores funcionarios sin importar el costo, en los colegios judíos se procura ahorrar en los costos de recursos humanos docentes por lo que su nivel se ha deteriorado notoriamente, con la consecuente frustración de los alumnos y padres.
Si la escuela judía no es líder, no es atractiva y no puede sobrevivir. Si la visión de futuro es “hacer lo que todos los otros hacen, invirtiendo lo menos posible” no hay futuro. El colegio judío tiene que estar en la vanguardia, haciendo bien lo que aún los otros no hacen.
Tribuna Judaica # 8,
14-28 de octubre del 2007
Año IX # 199