A pesar de los anuncios de la intención de conformar un gabinete técnico independiente capaz de iniciar las reformas que el plan de gobierno aprista anunció en la campaña electoral presidencial, es muy probable que el primer gabinete de Alan García servirá de fusible para la campaña electoral regional y municipal, porque en el Perú esas campañas se basan en ataques al gobierno y a los contrincantes. No olvidemos que si bien Alan García ganó con 52% de los votos, su verdadero caudal electoral es apenas del 20% como se evidenció en la primera vuelta. Siendo así, no es de esperarse que entre agosto y noviembre del 2006 haga mayores cambios en el sector educación. Sin duda procurará no darle motivos al magisterio del Sutep para movilizarse contra una nueva ley de Carrera Pública Magisterial meritocrática ó contra una incierta Municipalización de la Educación que el Sutep traducirá como un intento para destrozar el sindicato y privatizar la educación. Ello le daría a Patria Roja suficientes motivos para salir a hacer lío en las calles, junto con los opositores al TLC, los cocaleros y mineros.
El ministro que asuma el cargo tendrá por lo tanto poco margen de maniobra durante el segundo semestre del año 2006, pocos recursos para iniciativas novedosas y mucha presión partidaria para colocar a los apristas en puestos claves y para continuar las directivas establecidas por Mercedes Cabanillas, así esté en el Congreso. Una persona que ha sido la voz del APRA en educación por 20 años no se apartará del sector así presida el congreso. Así que solo queda suponer que si habrá cambios, estos se cocinarán tras las bambalinas hasta diciembre 2006 y solo se anunciarán con miras al 2007. Para entonces ya deberían estar listas las propuestas que permitan recuperar la escuela pública como promesa de igualadora de oportunidades. Conducir este reto solo podrá lograrlo el presidente García si demuestra visión, liderazgo y coraje para enfrentar huesos duros de roer, así como capacidad para priorizar acciones agresivas y pragmáticas. Supongo que el equipo técnico debe estar meditando en ellas, pero no estaría de más que los analistas aportemos algunas ideas sobre por dónde empezar.

1). Dada la dramática incompetencia de los alumnos peruanos de todas las edades en el dominio de las habilidades básicas de aritmética y lenguaje, dedicar el año 2007 principalmente a cultivar esas habilidades, independientemente de las áreas que enseñe cada profesor, orientando hacia ello las capacitaciones, los materiales didácticos, etc. No hace diferencia si un profesor enseña matemática o física, historia o lenguaje. Todos deben contribuir a este gran objetivo educativo de la alfabetización funcional inmediata.

2). Evaluar a todos los docentes en aritmética básica y lenguaje para asegurarse que están en condiciones de enseñar esas áreas. Capacitar a los que no lleguen a niveles de suficiencia y todos aquellos que sí hayan llegado aumentarles los sueldos en las fórmulas de aumentos por méritos.

3). Suspender el ingreso a todos los ISP y facultades de educación hasta que éstos se hayan acreditado y evidenciado capacidad para formar adecuadamente a los maestros.

4). Establecer de inmediato indicadores para la evaluación del desempeño de directores, profesores y alumnos, reportando a la comunidad semestralmente los resultados a través de informes del ministro al Congreso.

5). Establecer una autoridad central para asuntos de infancia, que integre todas las atenciones que reciban los niños de 0 a 5 años y responda por ellas.

6). A falta de recursos para todo, orientar prioritariamente los recursos adicionales hacia la infancia y educación básica, abriendo la educación pública superior a fórmulas de financiamiento compartido y créditos educativos.

7). Para ser transparentes y evitar la corrupción, convocar amautas con «Palmas Magisteriales» y otros ciudadanos notables jubilados para que sean veedores de las principales decisiones sobre licitaciones, inversiones y contratos.

8). Sobre la base del Proyecto Educativo Nacional 2006-2021 del Consejo Nacional de Educación, armar una agenda concertada con una mayoría de congresistas que incluya el incremento presupuestal automático del 0.25% del PBI al año. Incluir también el nombramiento de una mesa de trabajo consultiva integrada por expertos de los partidos que conforman la mayoría de gobierno, para que precalifique las iniciativas legislativas requeridas para poner en marcha la agenda educativa consensuada. Sus proyectos de leyes ingresarían con urgencia a la Comisión de Educación del Congreso y de allí al pleno para su aprobación inmediata.

Todo esto permitiría oxigenar y relanzar la agonizante educación peruana en 2 años para ver frutos claros en el 2011.