El “Nuevo Contrato Social para el Perú: ¿cómo lograr un país más educado, sano y educable?” del Banco Mundial, editado por Daniel Cotlear con una sección sobre educación escrita por Luis Crouch, esta vez publicita las propuestas del BM en educación resaltando las dificultades que tienen los niños peruanos de la escuela pública para leer con fluidez. La tarea asignada a los niños de 1er y 2do grado hacia el mes de noviembre fue la de leer por un minuto un texto escogido de la segunda mitad del libro oficial de comunicación integral del 1er grado, para ver cuántas palabras por minuto es capaz de leer. El estándar para países en desarrollo es 30 p/m para 1er grado, 60 p/m para 2do grado, 90 p/m para 3er grado y 110 p/m para 4to grado. En países desarrollados la lectura estándar de los niños puede llegar al doble de esas cifras.
Reconociendo las limitaciones científicas de este enfoque que pretende en un minuto y con un solo indicador evaluar de manera comprehensiva las capacidades de un niño que se educa, y el hecho que la muestra de 250 niños ubicados en el 40 % más pobre de la población fue muy pequeña como para tener validez científica, vale la pena intentar entender la lógica que está detrás de esta modalidad de diagnóstico rápido.
Un niño que lee con lentitud, se atraca al tratar de reconocer palabras que no conoce, tiene que hacer un esfuerzo por reconocerla lo que lo desconcentra y hace olvidar lo que ha acumulado en su memoria con su lectura previa. La falta de lectura fluida atenta contra la comprensión de lectura y alude a problemas de vocabulario, percepción fonémica, fonética, o falta de aprestamiento temprano para estimular la capacidad lectora. Por ello Crouch considera que medir la velocidad de lectura correcta puede ser un buen predictor del desempeño general del alumnado en los otros temas del grado que cursa.
¿Resultados? Solo un 30% de los niños de 1er grado y un 50% de los niños de 2do grado llegan al estándar mínimo para el grado. El promedio para 1er grado fue 9 palabras por minuto y para 2do grado 29 palabras por minuto. Bajísimo. Junto con ello se encontró que las causas de las dificultades son lingüísticas y culturales, idiosincrásicos, capacidad de maestros, pero que además había una enorme diversidad entre aula y aula, maestro y maestro.
Sería realmente revolucionario para el Perú lograr que hacia el 2do grado todos los niños lean fluidamente y comprendan lo leído. Sin embargo, los profesores no han sido formados para usar estándares por lo que no establecen estándares curriculares para cerciorarse si sus alumnos están aprendiendo y si se están acercando a lo esperado para la edad o el grado. Ocurre entonces que los profesores evalúan los logros de acuerdo a sus métodos tradicionales sin mayor relación con el logro de los estándares esperados para el grado. De este modo, tampoco orientan su enseñanza en función de los estándares que deberían alcanzar.
La ausencia de estándares por lo demás hace difícil a los padres y al Estado lograr que los centros educativos rindan de acuerdo a ciertos parámetros nacionales comunes. La mayoría de los padres están contentos con el rendimiento de sus hijos sin tener idea de cuán lejos están de lo esperado para el grado. Se recomienda por tanto “fijar objetivos de aprendizaje mucho más simples y fáciles de llevar a la práctica, particularmente en los primeros grados, y que estos sean medidos universalmente (aunque la medida real puede tener al centro educativo como base, siempre y cuando esté basada en herramientas estándares de medición y haya cierta auditoría de cómo se lleva a cabo)”.
En otro orden de cosas, podrían establecerse estándares para la selección de profesores por medio de examenes previos a su nombramiento, en concordancia con el proyecto de nueva Ley de Carrera Magisterial. También podrían fijarse estándares de financiamiento por alumno, por paquete de útiles escolares y por escuela, que deberán regir en todas las escuela pública.
Sin estándares la rendición de cuentas es imposible. Además, la fijación de una manera de medir el rendimiento y el desempeño en la lectura hace posible que se vuelva exigible en términos concretos y medibles el derecho a la educación de calidad para todos. Esto podría aplicarse no solamente grado a grado sino también al finalizar la secundaria, a manera de examen de egreso, como el que se usa en muchos países de la región y que sirve para tener una idea clara sobre las condiciones en las que los alumnos egresan del colegio y enfrentan la educación superior.