El gobierno no está dispuesto a dar la batalla por la infancia
Por León Trahtemberg, (06 07 2012 Blog Inversión por la Infancia)

Las ministras de Educación y de Inclusión Social Patricia Salas y Carolina Trivelli han hecho un buen papel a nivel de anuncios que captan la simpatía de ciertos sectores a juzgar de lo que se valora positivamente de este gobierno en las encuestas de opinión. Hay múltiples comisiones en ambos ministerios que estudian muchas cosas que prometen resolver los problemas de la infancia peruana para darles igualdad de oportunidades a todos los niños para tener una buena vida. Prometen ampliar la educación inicial llegando algún día a universalizar la de 3 a 5 años; que Cuna Mas /Wawa wasi atenderán 69 mil niños menores de 4 años, de los cuales 16,000 serán menores de 3 años en Centros Comunales de Desarrollo Infantil; el programa Pronaa/Qali Warma dará de comer a más de 3 millones de niños y pre escolares y escolares; se articulará el programa Juntos con los programas de infancia menores de 5 años, etc.

Pero esos anuncios van acompañados de varios problemas: 1) Ya pasaron 11 meses y el avance es limitadísimo. Hay evidentes problemas no resueltos de visión, gestión y recursos. 2) Para un gobierno que quiere hacer de la inclusión y atención a la infancia su bandera, atender a menos del 10% de los necesitados no parece marcar una prioridad.

Las autoridades debieran preguntarse lo que seguramente se preguntan millones de peruanos: si mi hijo que necesita alimentación nutritiva, atención médica, espacio educativo de calidad, no está entre los beneficiados por los programas anunciados ¿en qué me ayudan todos esos anuncios?. Debieran preguntarse también ¿no hay manera de abarcar más en menos tiempo? Y si para conseguirlo se necesita más dinero y ciertas leyes ¿están dispuestas a convertir la batalla por la infancia en su prioridad?

Mi impresión es que no. Que parecen estar haciendo casi lo mismo que se ha venido haciendo desde Fujimori, Toledo, García, a quienes la infancia les importaba muy poco. Quizá esta vez además de cambiar unos nombres y algunos mecanismos se hará “un poco más de lo mismo”. Eso no alcanza para dar la batalla por la infancia.

Los peruanos tenemos la obligación de darle a la infancia al menos el mismo espacio que a Conga. Lamentablemente la infancia no tiene actores como Roque Benavides y Gregorio Santos para dar el espectáculo que llame la atención y obligue a multiplicar por 5 las metas de reserva de agua (o de atención integral a la infancia, en la analogía). Tampoco tienen a los periodistas de los medios que están detrás de las noticias diarias sobre Conga dispuestos a focalizarse en la infancia y ponerla como titular de sus noticieros o primeras planas..

El presidente Ollanta Humala y su esposa hacen bien en llevar a sus hijos al jardín de infancia o colegio (al que cientos de miles de peruanos aún no tienen acceso). Padres responsables que quieren a sus hijos hacen eso en la medida que tengan recursos y manejo flexible de sus agendas. Pero el presidente Humala tiene la obligación de ser el padre simbólico de todos los niños del Perú. Demostrar con hechos que la infancia es algo realmente crucial para su vida (lo que yo aplaudiría sin duda), al punto de llamar a consultas a cuanto intelectual y experto en el tema exista en el Perú, a los empresarios y consultores expertos en gestión de servicios, a los líderes políticos representados en el Congreso y al Ministro de Economía para que respalden de inmediato –con leyes necesarias y recursos suficientes- las iniciativas que se acuerden.

Todo ello debería ser liderado por una Autoridad Nacional de la Infancia con rango ministerial, una especie de hermano político del Primer Ministro, a quien respondan todos los ministros que tengan programas que toquen a la infancia.

Tenemos la obligación de ser ambiciosos y demandar del gobierno una acción más enérgica en pro de la infancia. Mientras no se haga, personalmente seguiré sintiendo que estamos haciendo más de lo mismo, aunque con otro maquillaje.

Entrevistas y columnas recientes sobre la falta de iniciativa más notoria de parte del Minedu:

Cómo progresan los niños si son bien estimulados en su cerebro y emociones sobre todo en sus primeros cinco años de vida. Molly Wright (Queensland, Australia, de 7 años, 7 minutos en TED):

Gobierno no genera cambios estructurales en la educación

Bill Gates no podría dirigir el “Alfonso Ugarte” (sobre impotencia de directores estatales)

Escolares Mate-maltratados

Mejorar la escuela: imposible desde el Gobierno Central

VIDEO Entrevista completa a Patricia Ames y León Trahtemberg en el programa Diálogo Abierto de Salgalu TV sobre los retos de los alcaldes en materia de infancia, educación y violencia https://www.youtube.com/watch?v=xhU_2dr-UoQ

Veintiséis estudios apuntan a más juego para los niños pequeños. El juego tiene el potencial de reducir la desigualdad, según el informe Hechinger

Estudios en EE.UU. hacen más fuerte la demanda de universalizar el Pre-K de 4 años. En otras palabras, existe una creciente evidencia de que la educación preescolar puede mejorar permanentemente la vida de los niños, pero no es necesariamente porque los hace más inteligentes. Parece más relacionado con hacerlos más disciplinados y motivados, lo cual es tan importante (o tal vez incluso más importante) para sus futuros medios de vida como lo bien que se desempeñen en las pruebas de lectura o matemáticas.