¿Por qué tenemos que ser ministros?
El Tiempo (Piura), La Industria (Trujillo), Correo (Regionales) , 03 Mar 2013 | 3735 visitas |
¿Por qué debemos ser ministros? (León Trahtemberg)
Cada vez que escucho a alguien decir que aceptó ser ministro porque “cuando la patria lo llama, hay que aceptar y servir”, me quedo atónito con la poca seriedad con la que evalúan su rol como ministro. ¿No deberían acaso empezar preguntándose si son competentes para ser ministros?, ¿Si tienen las seguridades políticas de que podrán llevar a cabo sus propuestas?. Por otro lado ¿qué significa “la patria te llama”? ¿Desde cuándo el presidente de turno es “la patria”? Si uno no respeta ni admira al presidente o a los colegas del gabinete con el que trabajará ¿tiene sentido aceptar? etc.
Personalmente pienso que decenas de ministros que he visto pasar por diversas carteras le hubieran hecho un enorme favor al Perú si se hubieran negado al “llamado de la patria”.
En lo que a mí respecta, desde los años 90’s en varias ocasiones gobernantes y mensajeros directos me han propuesto la cartera de educación y siempre les he dicho que no. Con frecuencia algunos de mis interlocutores en el facebook o en eventos me han preguntado por qué no he aceptado. Inclusive a propósito de mi participación en la creación del Colegio Áleph me han cuestionado por dedicarme a un proyecto privado cuando anteriormente me he negado a tareas en la gestión pública que abarcarían a mayores poblaciones que la del pequeño núcleo que asistirá al Colegio Áleph.
Después de meditar si debo o no explicar mis razones de manera abierta llegué a la conclusión que sí, que al menos una vez intentaré explicar el tema a los interesados en conocer mis razones; así que aquí concluye esta introducción explicativa y sigue el artículo adjunto.
ARTÍCULO PUBLICADO EN DIARIOS REGIONALES 2/3 DE MARZO DEL 2013
En un post colocado en mi facebook el 16 02 2013 a propósito de mi participación como co-promotor de la creación del colegio ÁLEPH en Lima, varios interlocutores me hicieron dos preguntas o señalamientos que suelen repetirse en distintos espacios en diversas formas, razón por la cual creo oportuno contestarlas con amplitud y transparencia por consideración a quienes me leen continuamente.
1) RS dice: “Me gustaría saber los motivos por los que una persona como Ud. teniendo la posibilidad de servir a todo el país con sus conocimientos sobre educación, no ha aceptado la responsabilidad ministerial cuando le ha sido propuesta, independientemente de cuestiones políticas”.
2) CJ dice: “No puedo dejar de lamentar que en mi país sólo las personas que tienen mucha solvencia económica puedan aspirar a la mejor educación; hay muchos chicos talentosos en las escuelas públicas cuyas habilidades se pierden por falta de recursos y por no existir ninguna política coherente en el sector (estatal) de educación”. Señalamientos afines tienen que ver con mi dedicación a este proyecto privado que por ser pagado no estará al alcance de todos.
A continuación comparto con ustedes mis respuestas, porque creo que pueden calzar con preguntas que más de uno de mis interlocutores de las diversas regiones del Perú me ha hecho con anterioridad y no siempre tengo la oportunidad de aclarar.
1) Creo que a lo largo de mi vida profesional he asumido diversas responsabilidades para servir a mi país con mis conocimientos como educador, conferencista, columnista, analista, comunicador, tratando de aportar lo mejor de mi conocimiento a quienes deseen escuchar o leer lo que expreso. El aludido facebook es otro medio gratuito para ello. He trabajado y lo sigo haciendo con sectores muy pobres (actualmente por ejemplo en las zonas rurales de Puno en un proyecto de 3 años de Minsur para el desarrollo educativo de sus distritos), así como con sectores medios privados (Innova Schools, Talentos de Trujillo y otros colegios a los que asesoro puntualmente), etc. No comparto la presunción de quienes piensan que la única manera de expresar responsabilidad en el Perú sea aceptando un cargo de ministro, que es un reto que requiere otro tipo de capacidades y vocación, que es la de ser funcionario público.
Todo lo dicho sumado a que para ser un ministro que de verdad pueda implementar propuestas como las que yo planteo se requiere de un equipo de gobierno que incluya al presidente, ministro de economía, primer ministro y presidente del congreso que crean en esas propuestas y estén dispuestos a hacer el todo por el todo por implementarlas, cosa que no he visto en los últimos 40 años.
2) No se puede pedir a nadie que en los proyectos personales que lleva a cabo resuelva todas las carencias educativas e inequidades del Perú. Lamentablemente si se quiere hacer algo realmente novedoso en la educación en el Perú lo usual es que se tenga que hacer en el sector privado y asumir los costos que eso implica. Con una simple operación aritmética se darán cuenta de lo que eso implica: un terreno muy grande, profesores del segmento más alto de calificación del mercado, infraestructura amigable, moderna e interactiva, equipos y materiales modernos y suficientes, convenios de consultoría internacional y viajes de capacitación de los promotores y del personal, inglés intensivo, etc. Eso tiene que ser financiado por los costos de las inscripciones y pensiones, que no pueden estar muy lejos de los que cobran actualmente los colegios más reputados en cada región.
Nada de eso supone que mis socias de La Casa Amarilla o yo no nos interese la educación pública o no tengamos sensibilidad social, ya que tanto ellas como yo venimos apoyando constantemente y de manera gratuita infinidad de actividades e instituciones educativas de los sectores más necesitados del país, poniendo en juego la misma experiencia y vocación educativa que hacemos en los sectores privados económicamente pudientes. Pero si el estado no está dispuesto a invertir lo necesario para sacar adelante proyectos de vanguardia (como lo hace en Europa, Australia, Nueva Zelanda y EE.UU.), no por ello se puede criticar a quienes busquen que hacerlo por la vía privada.
Artículo afin
LT: Amigos del FB, no me gusta hablar sobre las veces que algún gobernante o sus mensajeros me han sugerido ocupar el cargo de ministro de educación, para evitar malas interpretaciones o intercambios públicos sobre un tema tan complejo y para no desmerecer a quienes sí disfrutan de ejercer ese cargo (alguien tiene que asumirlo, ¿no?). Por eso procuro no responder a los comentaristas del FB que a veces me lo preguntan. Sin embargo, dos jóvenes y curiosos periodistas del diario digital Altavoz me hicieron una extensa e informal entrevista grabada de 50’ en la que entre muchas cosas surgió su curiosidad por mi respuesta, y en ese ameno contexto se los expliqué. Días después vi que un extracto incompleto circulaba por FB y twitter, por lo que prefiero que aparezca el texto completo de lo que dije en aquella oportunidad (la entrevista completa está en mi web)
Usted, que siempre ha sido -si no la más importante- una de las voces más importantes respecto a educación en nuestro país ¿Alguna vez le han ofrecido el cargo de Ministro?
Me han ofrecido, en los últimos 25 años, un montón de veces
Y ¿por qué lo rechaza?
Primero porque no tengo vocación de funcionario público, la verdad. Y segundo que la posibilidad de hacer una reforma en el Perú en el sentido integral de la palabra -que eventualmente yo estaría dispuesto a asumir- requiere un acuerdo político entre el Presidente de la República, el Primer Ministro, el Presidente del Congreso (o los grupos mayoritarios del Congreso), y el Ministro de Economía. Porque en realidad el gran decisor de lo que se hace en Educación es el Ministerio de Economía. Más de una vez yo, un poco en broma… cuando me decían “¿no quiere ser usted Ministro de Educación?, yo decía “no de Economía”. Porque desde la economía puedo influir en educación mucho más. Si el tema de la educación no es un leitmotiv del gabinete en su conjunto, apoyado por supuesto por el Presidente y el Primer Ministro -donde el Ministro de Economía da todas las facilidades, pero además en un diálogo político con el Congreso para que el Congreso de las normas, de las leyes, etc. que se necesitan- el margen de maniobra de un ministro es muy, muy reducido. El desgaste es muy grande. Los juicios que después te hacen por cualquier tontería también. Entonces, yo siento que, si fuera ministro, hay una alta probabilidad de que no pueda realizar buena parte de lo que creo que hay que hacer por esta falta de articulación. Mucho más ahora, que cada cosita que quiera hacer el Gobierno va a tener que negociar con el Congreso. Y por otro lado porque en este momento de mi vida, hacer del Áleph un gran referente mundial de la educación es un reto que me parece más significativo que hacer el rol de Ministro de Educación. Yo tengo la expectativa de que en un par de años Áleph sea conocido en todo el mundo, no solo en el Perú. De hecho ya viene gente de todas partes a mirar qué hacemos.
Yo puedo asesorar al Ministerio de Educación en aquellas áreas en las cuáles yo tengo solvencia y el Ministerio cree que puedo ser útil. Puedo acompañarlos liderando algún proyecto de innovación, pero no en el rol de ministro que es un rol político, es un rol de todo el tiempo estar negociando con los políticos…
Entevista completa en http://www.trahtemberg.com/entrevistas/2807-audio-y-texto-leon-trahtemberg-y-la-educacion-del-siglo-xxi.html
En FB https://www.facebook.com/leon.trahtemberg/posts/834299756670561?pnref=story
02/12/2016 POST LAMPADIA LA NUEVA EDUCACIÓN EN EL MUNDO. León Trahtemberg en CADE 2016 #LampadiaAnalisis Con su habitual brillantez y fuerza comunicacional, León Trahtemberg, en el CADE 2016, ha caracterizado la educación del mundo moderno y la ha comparado con los paradigmas obsoletos que aún gobiernan la educación escolar en el Perú.