Correo 09 05 2014

A falta de criterios, muchos padres asumen como indicadores de la calidad del colegio al que pondrían a sus hijos la exigencia del colegio (aunque eso no habla de los logros de los alumnos) o el porcentaje de ingresantes a las universidades (aunque eso no refleja la calidad de un colegio expresada en su clima y cultura escolar).

Esos indicadores no alcanzan para hablar de un colegio en el que las voces individuales de los alumnos cuentan, ni tampoco si aprenden a ser compasivos e innovadores. Una buena manera de sentir la cultura escolar es pasearse un tiempo por la misma escuela, entrar a clases para ver si es un lugar de disfrute en el que los niños trabajan juntos y si hay una relación cálida e interactiva con sus profesores.

Los padres podrían hacerse cuatro preguntas para escoger su colegio

1. ¿Eres bienvenido para entrar al colegio y tomarte un tiempo para observar cómo interactúan los alumnos y si alumnos y profesores te toman en cuenta para saludarte y hacerte sentir cómodo?

2. ¿Cómo es la organización de la clase? ¿Se desarrolla centrada en el profesor o en el alumno?

3. ¿Los profesores escuchan a los alumnos, interactúan y conversan con ellos dentro y fuera de clase?

4. ¿Cómo es la intervención de los padres en el colegio? ¿Son presencias puntuales o están presentes a lo largo del año como parte activa y colaborativa de la comunidad educativa?

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