Imaginar la experiencia diferente entre ir al cine y al teatro puede ser útil como analogía para entender una de las principales diferencias entre la educación virtual y la presencial.

La genial breve charla de Oskar Eustis, Director artístico del Teatro Público de Nueva York en TED 2018 puede ayudar a padres y profesores a aquilatar la diferencia entre uno y otro, y el carácter insustituible de la experiencia humana presencial. Se titula “Por qué el teatro es esencial para la democracia”

Sugiere imaginar cómo se siente el público que asiste a escuchar a un expositor discursando desde un escenario comparado con ese actor dialogando con otro en el mismo escenario, transformando la exposición en un diálogo en el que cada uno tiene una opinión diferente a la del primer actor. Ese diálogo da origen a un drama, un conflicto, un desacuerdo, una verdad que no la posee ninguno sino que se construye a través del diálogo entre ambos, que es la creencia básica de quien cree en la democracia. El público está invitado a ponerse en el punto de vista de cada uno, a ejercitar su empatía, ponerse en el lugar de uno y otro, que es otro fundamento de la vida democrática

Finalmente sugiere imaginarse a uno mismo como espectador sentado en la sala, al lado de otros espectadores, conformando una audiencia, una comunidad. Cuando uno entra a un cine si éste está vacío el espectador se siente cómodo, porque nada se va a interponer entre uno y la película. Se puede acomodar, estirar las piernas, comer canchita y solo disfrutar. En cambio si entran a un teatro y ven que la sala esta medio vacía, sus corazones se entristecen porque sienten que asistir al teatro supone ser parte de una audiencia que vive una experiencia colectiva que los lleva a reír juntos, llorar y aguantar la respiración juntos al ver que es lo que está por pasar.

Es en especial este tercer concepto el que se vincula más con la vivencia diferente que se da al comunicarse un estudiante con sus profesores y compañeros por la vía virtual y al hacerlo al asistir a una clase presencial. Son contextos físicos y mentales distintos, que dan lugar a sensaciones, emociones y conexiones interpersonales muy distintas.

Si logramos conectarnos con este concepto podremos entender mejor el hartazgo y desgaste emocional que le significa actualmente a los estudiantes mantener las rutinas de las clases virtuales, comparada con lo que sentirían si estuvieran asistiendo cotidianamente al colegio o al universidad.

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