Muchos judíos nos hemos esforzado desde fines del siglo XIX en hacer notar que nuestro interés por Israel es estructural, que hay una identidad que une a los judíos con el único estado judío del planeta, y que Israel es nuestra patria histórica aún mucho antes de convertirse formalmente en un estado moderno. Los no judíos de buena voluntad han comprendido que nuestra lucha por la creación del estado de Israel, su reconocimiento y valoración internacional era perfectamente razonable y comprensible, más aún después del Holocausto.

Lamentablemente los enemigos del pueblo judío suelen usar esa identidad natural para agraviarnos usando para ello las críticas a los israelíes. Por ejemplo, cuando dicen “judíos matan a palestinos” están asignando al universo judío mayoritariamente no israelí la carga que corresponde a la acción militar de los policías o soldados que actúan en Israel en defensa de su estado. Además, la guerra que sostienen contra Israel fuera del Medio Oriente la llevan a cabo atacando a los judíos. De allí que no pocos analistas del antisemitismo sostienen que los ataques sistemáticos y desproporcionados contra Israel y los israelíes son un medio para descalificar moralmente no sólo a los israelíes y a su estado (que por tanto tendría todos los deméritos para ser extinguido), sino a todos los judíos que terminan siendo incluidos en estos ataques. La relación directa entre el incremento de violencia entre israelíes y palestinos durante las intifadas y el incremento del antisemitismo europeo y sus actos de violencia, estimulado en buena medida por los sectores políticos más xenofóbicos, los nazis y los árabes fundamentalistas y radicales, ilustran esta causalidad.

Todo esto lo sabe Mario Vargas Llosa. Por eso, mi crítica a sus artículos publicados en “El País” y en diversa otra prensa mundial, no tiene que ver con un supuesto antisemitismo de su parte, sino con su falta de responsabilidad global al tratar el tema árabe-israelí de manera tan poco rigurosa, asimétrica y contra-israelí, que falla al leer el impacto hostil contra el conjunto de Israel y el pueblo judío que producen sus escritos y que dista de lo que uno esperaría de un hombre que hace del apego a la verdad, la paz, la libertad y la responsabilidad social su norte.

Intentaré explicarme. Mario Vargas Llosa finaliza su séptimo artículo “Los Justos” diciendo: “Las injusticias históricas terminan siempre por ser reconocidas, por merecer la condena universal, e, incluso, la reparación debida. ¿No es acaso el pueblo judío la mejor prueba de ello? Las atroces matanzas, los guetos, las persecuciones seculares ¿acabaron acaso con ellos? Al final, la verdad se impuso. También se impondrá en este caso. Lo importante es no dudar, no quedar paralizado. Sino actuar, hablar, escribir, hacer todo lo que uno está en condiciones de hacer, para que la historia tenga un buen final”.
Según esto, la razón por la que MVLL escribe lo que escribe es porque quiere asumir su rol como intelectual de nota para no quedar paralizado y hablar, escribir, hacer todo lo que está a su alcance para que la historia tenga un buen final, es decir –según él-, que Israel desocupe todos los territorios alguna vez ocupados para entregárselos a los palestinos pues con ello resolverían sus miserias y penurias.

Personalmente no creo que se le pueda negar a MVLL el derecho de pensar así y escribir al respecto. En muchos párrafos dista poco de lo que respecto a este tema dicen por ejemplo los parlamentarios izquierdistas israelíes Yosi Beilin o Yosi Sarid, que no tienen nada de antisemitas (pero que sin embargo en los escenarios mundiales jamás alentarían la vulnerabilidad de Israel). Tampoco comparto la idea de disminuir el merecido reconocimiento que corresponde a la gran estatura intelectual de MVLL, a partir de sus escritos sobre Israel. Sin duda él ha usado su brillante pluma para escribir sus ideas sobre el tema.

Lo que sí creo que se puede decir con justicia es que se percibe claramente en MVLL una extraña preferencia por escribir sobre lo que él denomina abusos israelíes respecto a los palestinos con una amplitud notoriamente desproporcionada respecto a lo que haya escrito en relación al respeto, a la libertad y a los derechos humanos en las naciones árabes y musulmanes en las que sospecho que no le gustaría vivir. También se puede resaltar su incapacidad de leer el mapa antisemita mundial y ubicarse en el contexto de una creciente campaña para quitarle al pueblo judío el derecho a existir en libertad y con seguridad, sin ser objeto de agresiones por parte de quienes atacan y agravian a los judíos en sus derechos étnicos, religiosos, o por asuntos que conciernen al quehacer nacional de Israel.

Yo no encuentro que sus artículos sean esencialmente antisemitas. Lo que sí encuentro es que la manera como ha colocado sus argumentos y relatado unilateralmente las desgracias de los palestinos hacen mucho daño a Israel y a los judíos. En sus artículos MVLL expresa su visión mediante una argumentación condenatoria bastante asimétrica contra Israel y con un apoyo casi sin atingencias a las reivindicaciones palestinas, que en el contexto de una prensa mundial muy sesgada hacia los palestinos (no necesariamente por razones altruistas) hace que quede incorporado al grupo de articulistas de nombre que han convertido a Israel (y a los judíos) en los malos de la película, los parias del Medio Oriente, aquel en el que abundan los países árabes en los que no hay democracias ni respeto a los Derechos Humanos más elementales, de los que pocos hablan en voz alta. Sus muy modestas críticas hacia las responsabilidades del mundo palestino tienen un peso específico muy pequeño frente a las que hace a Israel.

Yo nunca pretendería reclamarle a MVLL que abandone su búsqueda de ser auténtico en sus escritos; lo que sí creo que puedo esperar de él –quizá sea un exceso de mi parte- es una responsabilidad social-mundial, que hoy más que nunca demanda desactivar las hogueras prendidas, incluyendo la hoguera antisemita, de modo que los fanatismos, fundamentalismos y xenofobias no prosperen. Los judíos estamos sintiendo el ardor de esta hoguera que MVLL no percibe, porque nuestro termostato está lubricado por las experiencias históricas conocidas.

El efecto de los escritos de MVLL ha sido lesionar las expectativas que en él tenían las víctimas ampliadas de la virulenta corriente anti-israelí y antisemita en boga. Él lo sabe.

Artículo afin:

(Algo se mueve en el Medio Oriente sunita por temor al expansionismo de Irán – más voces sunitas llaman a la coexistencia con Israel) El escritor kuweiti Abdullah Al Hadlaq debate en la televisión kuweiti Alrai TV los argumentos anti israelíes sostenidos usualmente por sus colegas, citando el Corán «Nunca ha habido un país llamado Palestina: Israel es un hecho consumado» 23 11 2017