Las recientes declaraciones del Ministro de Educación Antonio Chang a El Comercio sobre la renovación de la fuerza docente del Perú para elevar su calidad en un lapso de diez años han suscitado expectativa. Como no hay un documento escrito, proyecto de ley o resolución con los detalles técnicos, solo se puede comentar sobre los aspectos conceptuales. Encuentro muy valioso los tres aspectos siguientes: 1). La apuesta por conformar una vanguardia de profesores de excelencia para la educación peruana, una masa crítica de docentes altamente calificados que jalen hacia arriba el estándar docente peruano. 2). Se incluye un incentivo económico –primero como estudiantes becados y luego como profesores qe arrancan mejor remunerados- para hacer más atractiva la carrera docente para estudiantes talentosos que llegan de la secundaria bien formados. 3). Se facilita el ingreso a la tarea educativa escolar de profesionales que no vienen de la carrera pedagógica, pero que tienen alta calidad profesional y vocación docente. Algunas preocupaciones debe aclarar el ministro al detallar sus propuestas, acertadamente señaladas por Manuel Bello del CNE son las siguientes. 1). Dado que según las pruebas tomadas a 5to de secundaria en el año 2004 el 5% superior corresponde casi totalmente a estudiantes de colegios privados ¿los futuros becados serán entonces solo los egresados de estos colegios privados?. ¿el que asiste a la universidad pública acaso no está ya becado? ¿Entonces la beca es para estudiar en universidades privadas? 2). En las recientes capacitaciones docentes, en ausencia del SINEACE que acredite universidades y facultades, el ministerio hizo su propia evaluación y escogió a 26 universidades estatales para formar docentes, dejando fuera a los Institutos Pedagógicos de los que proceden los profesores mejor formados, a juzgar de las propias evaluaciones docentes hechas por el MEd. ¿se repitará esta selección de instituciones?. 3). En la ley universitaria y en la nueva ley de Carrera Pública Magisterial no figuran las carreras profesionales de 3 años y medio ni el ingreso lateral de profesores nuevos a los niveles más altos del escalafón. ¿Se cambiarán ambas leyes? Hay otros especialistas para quienes un semestre universitario es poco para titular como docente a un bachiller que no estudió pedagogía y que además no le ven sentido a insistir en el modelo de capacitación mediocre que aplicaron en el 2007 las universidades para los 33,000 docentes escogidos por el Med. Corresponde al Ministro Chang publicar de inmediato el documento completo con los detalles de su propuesta para responder a todas estas preocupaciones y evitar nuevamente un silencio de meses después de soltar una propuesta. Mientras tanto en la vereda opuesta habrá varios actores. El Sutep, que se opone al ingreso de profesionales no pedagogos a la carrera docente y a una selección de profesores de elite. Dirá que el gobierno va a escoger a los estudiantes apristas y que privilegiará con las becas a las universidades e institutos privados colocando en ellos dineros públicos que deberían ir a reforzar la educación pública. Los correligionarios apristas que no simpatizan con Chang -que no quieren verlo alzar vuelo-, cuestionarán la legalidad de varias de las propuestas. Las universidades e institutos que no sean elegidas para recibir a estos alumnos becados por el estado, lo interpretarán como un privilegio a las universidades amigas del ministro rector, especialmente la universidad privada San Martín de Porres como ya ocurrió con el tema de la capacitación docente para el programa “Una Laptop por alumno”. Y así sucesivamente. Más de una vez escribí que no hay reforma sin dolor, es decir, si no se pisan callos, no es posible cambiar nada, y pisar callos (intereses creados), tiene un costo político. Pero no hay que desperdiciar pólvora en gallinazos. Antes de dar la pelea pública por defender una propuesta hay que asegurar que esta haya sido profusamente difundida en detalle incluyendo las garantías de transparencia y equidad en cuanto a los procesos de selección de becarios y la legalidad de las medidas que afecten la ley universitaria y la Carrera Publica Magisterial. Hecho todo esto, ya dependerá del empeño que le ponga Alan García al tema para sostener a Chang o en cambio dejarlo caer y poner en su lugar a alguien más alineado con las posturas más conservadoras. Finalmente, aún poniéndonos en el escenario más optimista de que esta propuesta pudiera implementarse, tomaría no menos de 3 años tener a los primeros egresados de estas propuestas, y varios años más al grueso de estos nuevos maestros. Queda la pregunta ¿y mientras tanto? ¿qué se propone para mejorar de inmediato el desempeño de maestros y alumnos de las escuelas primarias y secundarias? Eso no puede seguir esperando por años…