Luego del desembalse de demandas sociales iniciales que le esperan al gobierno de Alejandro Toledo, del que no estará ausente el SUTEP, vendrán los verdaderos grandes desafíos y oportunidades para hacer cosas importantes en el sector, cuyos problemas no se resuelven simplemente aumentando los sueldos a los maestros y catedráticos. Mejorar remuneraciones permite elevar el nivel de vida de los docentes, pero no garantiza la mejora de la calidad de la enseñanza ni el cultivo de los valores éticos y cívicos que la población demanda de las instituciones educativas. Para ello se requieren medidas más agresivas e innovadoras ¿Cuál de ellos liderará el Ministro de Educación Dr. Nicolás Lynch?
El primer gran desafío de Nicolás Lynch será resolver si investiga y sanciona o no la corrupción existente en su sector en la década fujimorista. Pese a los notorios usos indebidos del ministerio de educación para fines que no le eran propios y los voceados malos manejos y enriquecimientos indebidos de importantes funcionarios del sector, hasta ahora no ha salido a la luz nada de eso. Junto con eso quedan funcionarios que ampararon la corrupta maquinaria fujimorista y decenas de funcionarios de Uses que están denunciados por no haber cumplido correctamente su función administrativa en los nombramientos de profesores y directores como consecuencia de los concursos nacionales. La opción de “dejar las cosas como están” solo augura la repetición de los vicios en el momento debido.
Una segunda “papa caliente” es la permisividad frente a los contenidos televisivos que en horario infantil exacerban el erotismo, la violencia y la grosería. La población demanda en todos los foros una educación en valores que tiene un componente central en la actitud de los medios de comunicación especialmente los televisivos. Aún no se entiende porqué el Perú no puede tener una legislación similar a la chilena, uruguaya, norteamericana o europea, lugares en los que a nadie se le ocurriría enarbolar la “libertad de expresión” como argumento para violentar y pervertir la mente de los niños. ¿Cuántas evidencias más se requieren del daño moral y cívico que esto le está haciendo a la población peruana para reaccionar? ¿Cómo se explica que exista legislación que prohiba contaminar el medio ambiente y no prohiba contaminar las pantallas?
Un tercer desafío consiste en reconocer que el escalafón magisterial uniforme basado en un título pedagógico inicial y la antiguedad ya no resiste más y debe ser modificado y diversificado, de modo que se convierta en una herramienta de promoción al desarrollo magisterial. Eso significa reconocer el valor de los estudios adicionales, las recertificaciones periódicas, los méritos profesionales y la extensión de la carga horaria anual, a cambio de mejores remuneraciones. Así mismo, generar mecanismos más ágiles que premien a los meritorios y sancionen a quienes tengan que ser retirados del servicio para dar paso a los más aptos. ¿Se hará algo al respecto o se seguirá conviviendo con esquemas que sabemos que no alientan el mejoramiento docente?
En cuarto lugar tenemos la nueva ley universitaria que está pendiente desde hace años pero que nadie se atreve a proponer por su alto costo político. Por ejemplo, requeriría redefinir la composición y funciones de las asambleas y órganos de gobierno, establecer la tan temida acreditación y el procedimiento para la ratificación o retiro de profesores en base a méritos, priorizar la investigación como condición para obtener mayores recursos del estado, etc. Una buena ley universitaria obligaría a poner en cuarentena a más de la mitad de las 77 universidades que estafan a los estudiantes con una pésima formación profesional o académica, en muchas de las cuales las facultades ni siquiera cuentan con catedráticos especializados en las carreras que ofrecen. Haría inviable además la creación de la universidad de Madre de Dios que fue prometida en la reciente campaña electoral. Algo muy similar habría que hacer con los cientos de institutos superiores públicos y privados muchos de los cuales no aprobarían un sistema básico de indicadores para obtener la acreditación. ¿Se promoverán estas medidas?.
Finalmente tenemos el tema presupuestal y la lucha por conseguir más dinero para educación. Cumplir la promesa de subir el 0.5% anual del PB para educación significa quitárselo a otros sectores que evidentemente van a defender sus requerimientos. Por otro lado, tenemos la priorización de los escasos recursos al interior del sector. ¿Se priorizará a los niños de 0 a 5 años? ¿La investigación, ciencia y tecnología? ¿Las universidades? Las decisiones no son fáciles. Esperemos a ver.