En Nueva York es común encontrar escuelas de 2,000 a 5,000 alumnos, concebidas bajo el criterio de economía a escala para reducir costos unitarios. Sin embargo, desde los años 1990’s se acumulan investigaciones que evidencian de manera abrumadora las ventajas de los colegios pequeños tanto en primaria como en secundaria. (Los primeros más notorios son los de Williams D.T. “The dimensions of education: recent research on school size”, 1990 y Cotton K. “School size school climate and student performance”, 1996). Según ellos los límites ideales para el tamaño de los colegios están entre 300 y 400 alumnos para colegios de primaria, y entre 400 y 500 para colegios de secundaria. (ERIC-ED 401088 dec 96 Affective and Social Benefits of Small Scale Schooling y otros) Se ha encontrado que en los colegios pequeños la autoestima personal y académica de los alumnos es más positiva, su sentimiento de pertenencia es más intenso, tienen mayor capacidad de control y razonamiento sociocentrico, y un menor nivel de alienación. También las relaciones interpersonales entre alumnos y con los profesores son de mayor calidad. Hay más participación extracurricular, porque cada uno se siente necesitado para participar en algún equipo o club. Aún alumnos vergonzosos y tímidos toman parte, cosa que no hacen en los colegios grandes. En los colegios pequeños la asistencia es más alta y la deserción más baja que en los grandes, y la percepción que tienen los profesores sobre la administración es más amigable y existe una moral de trabajo más alta. En su momento Cotton sintetizó 103 estudios sobre el tema y concluyó que las razones de la ventaja de los colegios pequeños son varias: la gente se conoce más, se involucra más en las actividades y el bienestar de otros, hay más relación con la administración lo que permite mayor flexibilidad en la gestión, las actividades se pueden individualizar más y las clases suelen ser más pequeñas. Es más fácil conformar equipos docentes para trabajar juntos, integrar sus materias, usar agrupaciones multiedades y cooperativas. Además, hay un mayor énfasis en el estudio de asuntos que ocurren cotidianamente en el mundo externo. Dos años después Gerald W. Bracey, en la revista Phi Delta Kappan de enero de 1998 reseñó los hallazgos de Valerie Lee y Julia Smith de la Universidad de Michigan. Ellas usaron la base de datos de las pruebas nacionales de rendimiento de matemáticas y lenguaje para los grados 8vo. 10mo. y 12avo. del año 1988 y encontraron varias cosas importantes referidas a colegios que tenían entre 100 y 2,800 alumnos. El rendimiento de los alumnos crece con el tamaño del colegio hasta llegar a 600 alumnos. Luego se estanca hasta los 900 alumnos. De allí en adelante empieza a decrecer. El efecto es realmente notable, porque si el efecto por tamaño es normal para una correlación entre 0.3 y 0.5, el efecto de tamaño llega a -1.0 para lenguaje y a -1.8 para matemáticas. Cuando se examinaba la variable socioeconómica de los alumnos (16% superior y 16% inferior) versus el tamaño de colegio se obtiene los siguiente:
1) los alumnos del nivel socioeconómico alto obtienen siempre mayor rendimiento que los de nivel socioeconómico bajo, independientemente del tamaño del colegio.
2) El efecto negativo del tamaño del colegio sobre los rendimientos escolares es mucho menor entre los alumnos de niveles socioeconómicos altos que entre los del nivel bajo. Finalmente, considerados el porcentaje de alumnos asistentes procedentes de minorías étnicas con desventajas (inmigrantes latinos, negros, etc.), a partir de los 900 alumnos, la brecha entre los rendimientos de los colegios con poco porcentaje de alumnos procedentes de minorías étnicas va creciendo al compararse con el rendimiento de los colegios con alto porcentaje de alumnos procedentes de minorías étnicas en desventaja, en perjuicio de estos últimos. Nueve años después el New York Times informa sobre el excelente resultado que trajo la política del alcalde Bloomberg de reducir 12 grandes colegios secundarios (equivalentes a las Grandes Unidades Escolares peruanas) y convertirlos en 47 nuevos colegios pequeños. Si hasta el 2002 la tasa de graduación fue de 40% ahora subió a 73% (por encima del 60% de toda la ciudad) y en 8 de ellos llegaron a más de 90%. (Small Schools Are Ahead in Graduation Julie Bosman 30/6/2007) Si es tan evidente que los alumnos que asisten a colegios con 600 a 900 alumnos obtienen mejores resultados que los que asisten a colegios más grandes, la conclusión -coincidente con la de los estudios anteriormente citados- es que redimensionar el tamaño de los colegios es una de las medidas administrativas más efectivas que podrían apuntalar la calidad de la educación, empezando por las Grandes Unidades Escolares.