Una gran parte de los profesores nombrados actualmente en actividad en las escuelas públicas y privadas del Perú son egresados de las universidades peruanas y la otra de los institutos pedagógicos. El gobierno ha tomado medidas para fiscalizar las condiciones mínimas exigibles a los institutos pedagógicos para recibir postulantes y formarlos como maestros, mediante una prueba nacional que permite el ingreso solo a quienes saquen nota 14 o más, pero no ha tomado medidas para hacer lo propio con las facultades de educación de las universidades del país. El reciente examen de ingreso 2008-I que la Universidad Nacional Mayor de San Marcos ha tomado a los egresados de secundaria y del bachillerato, cuyos resultados se han publicado indicando los puntajes de los ingresantes por carrera, permite describir con meridiana claridad cómo es que la selección inicial de los futuros maestros se hace entre los postulantes menos competentes que se presentan a los exámenes de ingreso. El promedio entre las notas máximas y mínimas para ingresar por carreras fue como sigue: Medicina 1705, Odontología 1525, Farmacia y Bioquímica 1361, Ingeniería Electrónica 1346, Administración 1340, Economía 1326, Ingeniería de Sistemas 1316, Derecho 1260, Educación Primaria 894, Educación Secundaria en Matemáticas y Física 893, Educación Inicial 742 y Educación Secundaria y Biología y Química 728 (carrera a la que se ingresó hasta con 598 puntos o sea nota 06) Si aplicamos la escala 0-20 a los puntajes de los ingresantes que van del 0 a 2,000, obtendremos como resultado que para ingresar a Medicina se requiere nota 17, para odontología 15, para Farmacia y Bioquímica 14, para Administración, Economía, Derecho, Ingeniería de Sistemas y Ingeniería Electrónica 13 y para educación entre 09 y 07. Es decir, para profesor de secundaria en Matemáticas y Física o para Educación Primaria 09 y para profesor de secundaria en Biología y Química ó para Educación Inicial 07. En otras palabras, los futuros profesores de las áreas de ciencias son los ingresantes con los más bajos puntajes de la universidad de San Marcos. ¿Podrán aprender Matemáticas, Física, Química o Biología los alumnos que estén en manos de estos futuros maestros del Perú? Esta realidad nos enseña tres cosas. 1) Esta segmentación de postulantes por capacidades en función de las carreras elegidas es histórica en el Perú. Sabemos que esto viene ocurriendo hace décadas. Por eso es casi imposible encontrar entre los titulados en pedagogía muy buenos profesores de Matemáticas, Física, Química o Biología para secundaria. Es por eso que las instituciones privadas escolares o pre universitarias tienden a contratar a ingenieros, biólogos, físicos, químicos o matemáticos para que enseñen esos cursos. Van adquiriendo nociones de pedagogía sobre la marcha, a punta de vocación y autoaprendizaje, pero el costo beneficio de tener a estos profesores supera largamente al de tener profesores titulados en pedagogía que ni siquiera dominan bien los contenidos que deben enseñar. 2). Mientras no haya un sistema de acreditación serio y riguroso para las carreras universitarias de educación y una adecuada certificación de suficiencia a los egresados, las universidades seguirán siendo las productoras de miles de profesores mal formados que luego ejercerán la influencia política necesaria para ser nombrados aunque no estén realmente calificados para su función. 3) El gobierno está estableciendo próximamente un sistema por el cuál los profesionales de diversas carreras podrían asimilarse a la carrera pública magisterial luego de llevar cursos de pedagogía por un año. Este planteamiento tiene un error de principio: ningún profesional exitoso de la Biología o Física dejará su carrera para dedicarse a estudiar un año para que lo titulen de profesor de colegio. Mucho menos si ejercerá docencia por horas, sin tener la docencia como su ocupación principal. Hay que tomar un camino distinto. Quizá, para los bachilleres o profesionales con el respectivo título que puedan acreditar que ya han venido ejerciendo docencia en instituciones educativas escolares públicas o privadas, preuniversitarias o universitarias, bastaría con que realicen algunas clases modelo para que los consejos educativos escolares los observen y evalúen, y decidan su contratación a su propio criterio. Después de todo, los contratos son temporales y dejan más tiempo para una observación y evaluación definitiva del desempeño docente. Así, los egresados de ISP y universidades titulados en pedagogía competirían con los profesionales de carreras de ciencias naturales o ciencias sociales para ser contratados, y serían los propios colegios los que escogerían a quienes por su formación y desempeño evidencien ser los más idóneos. El día que las facultades estén acreditadas y sus egresados certificados, podría suspenderse esta medida temporal para asegurar que todo titulado en pedagogía domina perfectamente el área que le corresponde enseñar, y nunca más tendremos que escuchar que los profesores que enseñan matemáticas no saben matemáticas, y los profesores que enseñan comunicación no comprenden lo que leen.