Los costos de la educación privada peruana en dólares se han multiplicado aproximadamente cuatro veces en los últimos 30 años, pero el rendimiento de los alumnos ha caído, al igual que en EEUU y la OECD. Esto lo aprecian las academias, institutos y universidades en sus exámenes de ingreso y los catedráticos que enseñan en los primeros ciclos universitarios. Ahora incluso se exige a los postulantes que evidencien capacidad de redacción. Lant Pritchett, economista de Harvard, encontró explicaciones coincidentes en varios países. Primero que a los padres, después que sus hijos alcanzan un nivel satisfactorio de aprendizaje, les preocupa cada vez más otros aspectos de la calidad que no se expresan en puntajes, como lo es una vida escolar más agradable y placentera, aun si eso aumenta los costos. Quieren que sus hijos «sean felices» en las escuelas, dispongan de clases más pequeñas, una disciplina más amable y una mejor interacción con los profesores. A ello debemos agregar la costosa introducción de más tecnología y talleres o asignaturas que estimulan el desarrollo personal, como la música, el arte o el teatro, que encarecen el servicio pero no se traducen en mejores rendimientos en las pruebas estandarizadas. Otro factor que aumenta los costos son las mejoras salariales docentes ya sea por el peso de los sindicatos o, entre los privados, por el pago de mejores sueldos para atraer a los profesores «estrella» de otros colegios o para no perder los suyos. Una tercera razón es atribuible a los factores no escolares que afectan los logros del aprendizaje, como el exceso de la exposición a la tv o computadora, el creciente consumo de drogas y alcohol, etc. Un cuarto factor lo constituye la nueva pedagogía, que apunta a desarrollar la creatividad, la innovación, el trabajo en equipo y la investigación, y que se aparta de los estilos pedagógicos tradicionales, que eran más efectivos para producir el tipo de aprendizaje que se mide en las pruebas estandarizadas. Finalmente, al vencerse los prejuicios machistas y abrirse más oportunidades laborales para las mujeres profesionales, muchas mujeres talentosas se han apartado del trabajo docente, produciendo una caída en la calidad promedio de los docentes que quedan en las escuelas. El Estado tendrá que disponer de recursos crecientes para la educación si es que realmente tiene la intención de equiparar las condiciones de la educación pública con la privada, como lo pregonan los principales líderes políticos que ofrecen educación gratuita de calidad con equidad.