En la CADE 2007 el economista Xavier Sala i Martín planteó dos ideas sencillas con enormes implicancias educativas.

La primera, que los países pobres primero compiten por producir bienes baratos con mano de obra barata y poco educada hasta que crecen y mejoran su educación, pasando a competir con productos de calidad; luego, con recursos humanos altamente educados, empiezan a competir con el primer mundo con sus creaciones originales. En otras palabras, para estar al nivel de competir con el primer mundo, debemos ser capaces de innovar y crear.

La segunda tiene que ver con unas estadísticas que indicaban que la mayoría de las innovaciones que se han desarrollado en el mundo no han sido el resultado de las inversiones en Investigación y Desarrollo (sólo 8%), sino de la casualidad (21%) y especialmente de ideas creativas que han ido apareciendo conforme los profesionales y académicos han estado procurando perfeccionar su trabajo rutinario para hacerlo mejor o probar nuevas tesis (72%).

Eso significa que si diseñamos la educación de los niños y jóvenes para que ésta se produzca en un contexto que estimule el pensamiento creativo en todas sus actividades, y además les damos las facilidades para implementar sus ideas originales, podremos forjar mentes creativas que cuando estén en la universidad o empresa podrán crear las propuestas innovadoras y patentes que tanta falta nos hacen.

El problema es que las mentes creativas incomodan y hasta irritan a los profesores. Suelen ser alumnos que en su afán de cuestionar y opinar «a contracorriente» pueden parecer arrogantes, rebeldes, egocéntricos, lo cual es interpretado como «mala conducta» por la que son censurados. Pocas veces los profesores verifican si en realidad esas son manifestaciones de alumnos creativos a los que «les queda chico» el aula escolar por la falta de oportunidades de expresarse y producir creativamente. Esto es muy común en países subdesarrollados que tienen metodologías de enseñanza muy convencionales, autoritarias y dogmáticas.

Quizá los referentes históricos más paradigmáticos de la posesión de estas aptitudes incomprendidas son las de las notables personalidades reformistas y creativas que por sus ideas pasaron una época de su vida encarcelados (Russell, Mandela, Gauguin, Gandhi, Galileo), condenados al ostracismo (Víctor Hugo, Dante, Enrico Fermi, Einstein, Spinoza), llevados a asilos para dementes (Van Gogh y Nietzche) o ejecutados (Sócrates, Lavoisier, Jesús). Hoy en día la creatividad se premia, por lo que estimular la rebelión creativa debiera ser un reto educacional de primer orden.

 

Medir la creatividad, nombrando palabras no relacionadas Las personas más creativas pueden pensar en ideas con mayores ‘distancias’ entre ellas según investigadores de la U. McGill y U. de Harvard y U. de Melbourne.