Padres de hoy 05 03 2014

Correo 20 03 2014

Cuál es mejor ¿Coeducación o por géneros separados?

Tradicionalmente la educación privada (y a su semejanza, luego la pública) estuvo muy influida por el trabajo de los educadores religiosos que consideraban la separación de niños y niñas como esencial para su visión sobre la educación, porque así se evitaban las tentaciones propias de los grupos mixtos a la vez que facilitaba la transmisión de mensajes propios de cada género.

La validez de este criterio ideológico por mucho tiempo no tenía corroboración académica alguna por la investigación psicológica o pedagógica. Recién en el último tiempo se han ido multiplicando las investigaciones que por lo general sostienen que no hay mayor diferencia en el desempeño de los alumnos que siguen uno u otro modelo, y que es más un asunto de preferencia familiar.

No hay consistencia en la validez de los argumentos sobre la distracción que generan chicas a chicos cuando están juntos, ni que en esos espacios mixtos las chicas se desempeñan peor que los chicos en ciencias y matemáticas, o que los niños lideran las discusiones en clase relegando a las niñas, ni que las diferencias en las estructuras cerebrales que aluden a maneras diferentes de aprender afectan los aprendizajes.

Hubo un reporte del Departamento de Educación del 2005 (Mael, F., Alonso, A., Gibson, D., Rogers, K., & Smith, M.) que reportó efectos mixtos aunque con ligeras ventajas solo para el corto plazo para la educación con géneros separados. Sin embargo, un estudio posterior de Pahlke, Hyde, & Allison del 2014, conteniendo un meta-analisis de 184 estudios representado a 1.6 milliones de alumnos de K-12 en 21 países, concluye lo contrario. (“Single-sex schooling–tiny effects, if any”, Daniel Willingham, 02/10/2014)

Las razones de estos resultados ambiguos son comprensibles. La muestra de alumnos que asisten a colegios de un solo género no es aleatoria, porque representa a un sector particular de familias cuyos padres han escogido esa opción y que usualmente son conservadores. Eso explica los ligeros efectos positivos que algunos estudios encuentran en la educación por géneros separados, sin que ninguno de ellos evidencie ganancias en el largo plazo en las diversas áreas de aprendizaje, actitudes hacia la escuela, estereotipos de género, aspiraciones educacionales, autoimagen, relaciones interpersonales o imagen corporal.

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Muy provocador, confrontador de paradigmas, pero precisamente por eso vale la pena de leerlo y reflexionar, y tomar nota de aquello que nos inspire para ser usado en un colegio de población diversa (mixto) Educación: por qué defiendo separar a los niños y a las niñas en las escuelas por Julia Tena de la Nuez en BBC News Mundo 3/5/2019

Single-Sex Education Is Ineffective, Report Says – NYTimes.com 12 10 2011

El sesgo de género ha estado vivito y coleando en los 50 años de finalistas del Premio Booker. Algunas de las obras literarias más famosas del mundo están llenas de prejuicios de género. Los personajes masculinos, dice el estudio, a menudo han tenido trabajos de «nivel superior». Era más probable que fueran médicos, profesores, novelistas, directores y sacerdotes. Los personajes femeninos se describieron principalmente como «maestra» o «puta».

Hay en el país varias experiencias de coeducación, un fenómeno que crece en EE.UU.
Pamela Robinson and Alan Smithers; Centre for Education and Employment Research 1997
Muñecas que nutren la empatía de los muchachos. Lauren Spinner(Universidad de Kent en Gran Bretaña), dijo que los niños comienzan a adquirir conocimiento y comprensión de las categorías de género desde los 1 o 2 años. Para las edades de 4 a 6, el deseo de los niños de ordenar las cosas en categorías puede llevar a una visión rígida de género. A medida que se desarrollan más, sin embargo, algunos retornos de flexibilidad, dijo la Sra. Spinner. «Me gustaría ver que todos los juguetes se comercialicen a niños fuera del género», dijo el Dr. Sweet. «La codificación de género de los juguetes tiene un efecto directo en los niños y puede reforzar su idea de la diferencia. Y creo que eso contribuye a estructuras mucho más grandes de desigualdad de género «.
Ella señala que en su práctica de psicoterapia, «veo muchas ideas rígidas sobre cómo se supone que es la masculinidad. Lleva a la depresión, la agresión, la ansiedad. No ayuda a las personas a conectarse; no ayuda a las personas en las relaciones «.