¿Qué tiene que ver un lector peruano de este diario con los atentados en las Torres Gemelas de Nueva York o la pizzería central de Jerusalem? Mucho. Todos estuvimos allí. Si el modelo terrorista se legitima y expande, mañana ud. podría estar por ejemplo en el edificio del Banco Continental y quedar bajo toneladas de escombros; podría ir con sus hijos a almorzar a “El Rancho” y terminar todos en ataudes; o podría volar en American Airlines a cualquier destino y terminar hecho cenizas en el aire por acción del terrorismo.
Por eso, amable lector, todos debemos sentir como si hubiéramos estado en las Torres Gemelas de Nueva York, la Pizzería de Jerusalem o el avión de American Airlines. Todos deberíamos asumir la responsabilidad de luchar contra el terrrorismo internacional como si fuera nacional, sin excepciones. También deberíamos aprender a darnos cuenta de las conexiones que tienen los atentados entre sí, como por ejemplo el de las Torres Gemelas de Nueva York y los de las torres judías en Buenos Aires.
En 1992 fue volado el edificio de la Embajada de Israel en Buenos Aires cuasando 29 muertos, sin que hasta hoy la policía argentina encontrara un culpable. Dos años después, en 1994 el terrorismo islámico internacional voló el edificio de la AMIA causando 85 muertos. Nuevamente, las autoridades argentinas se mostraron absolutamente ineficaces (¿cómplices?) ya que convenientemente no vieron nada, no encontraron nada, no castigaron a nadie.
A esas alturas todos (menos la policía argentina) sabían que estos eran atentados perpetrados por Hezbolla, con ayuda local y con el respaldo de Irán. Inclusive el 21 de marzo, tres días después del atentado, Hezbollah se adjudicó el atentado a través de un comunicado y un video emitido a través de la televisión libanesa. Sin embargo las autoridades argentinas, que curiosamente en esos años aumentaron su comercio con Irán, prefirieron no ver nada. No nos sorprenda que la misma escuela de terror que inspiró a estos terroristas haya inspirado a quienes volaron las Torres de Manhatan. El saudí Osama bin Laden advirtió tres semanas antes del atentado de que él y sus seguidores llevarían a cabo un ataque sin precedentes en Estados Unidos por su indeseable presencia e influencia en territorio islámico, y por el apoyo que ese país brinda a Israel, según se lo dijo al periodista árabe Abdel-Bari Atwan, editor del periódico con sede en Londres al-Quds al-Arabi.
Lo que le ocurrió al Pentágono o a las Torres de Nueva York podría haberle ocurrido a la Torre Eiffel en París, al Big Ben en Londres, o al Palacio de Gobierno en Lima. Son ataques contra instituciones que simbolizan el gobierno democrático, la legalidad, la alternancia en el poder, el respeto a los Derechos Humanos, la tolerancia frente a las crencias religiosas particulares y la capacidad de negociación pacífica para resolver desavenencias.
El terrorismo es una forma de lucha de quienes se creen con el derecho de imponer su modelo de vida o estado a los demás por la fuerza, por encima de la ley, sin importar el costo humano involucrado. Si los países que creen en los valores occidentales no articulan sus estrategias respecto a aquellos que no creen en ellos, estas explosiones ocurrirán cada vez con más frecuencia y con la reconocida impunidad. Cuando un terrorista se sale con la suya, queda listo para preparar un nuevo ataque. Es como el violador o delincuente que si viola o roba y nadie lo detiene o sanciona, no tendrá ningún reparo en volver a hacerlo por segunda vez. Quizá ahora se entienda mejor qué significa para Israel negociar con los conglomerados palestinos, cuando al lado de algunos que creen en las negociaciones de paz hay otros extremistas son capaces de matarse y arrastrar consigo a decenas de civiles para perturbar el proceso de paz o para imponer sus condiciones en la mesa de negociaciones. ¿Se puede exigir de Israel que negocie de igual a igual con contrapartes de este tipo? ¿Se le puede exigir que no tome acciones preventivas o represalias para evitar las tragedias del terror en su territorio? ¿Se puede justificar que en la lucha política entre Israel y la OLP los enemigos de Israel se valgan del terror para avanzar sus posiciones?.
Si creemos en la civilización occidental, utilicemos las armas que ella nos provee para luchar por nuestros objetivos. Es la única manera de avanzar hacia la paz mundial.