Informe de Unesco revela que, en educación, estamos últimos en el mundo

 

La mitad de los niños del Perú se sienten inútiles porque no pueden con la escuela

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En el Perú se invierten 250 dólares al año por alumno. En Estados Unidos, 8 mil. En Asia y Europa, 4 mil.

Los alumnos peruanos de cuarto de media, que han estudiado dos mil horas de lenguaje durante toda su etapa escolar, son incapaces de entender lo que dice un texto escrito. Así lo revela el informe Pisa de la Unesco, que confirma las “preocupantes deficiencias” de nuestros escolares, en comparación con el resto del mundo. ¿Alguien oyó decir algo acerca de estos resultados a Alejandro Toledo, el presidente de la educación?

A estas alturas, no es posible saber qué es peor: si los resultados de los estudiantes peruanos, últimos entre los últimos en materias básicas como matemáticas, lenguaje y ciencias; o el silencio de nuestra clase dirigente y los líderes políticos ante tan atroz realidad, con excepción del congresista Javier Diez Canseco, quien ha propuesto declarar en emergencia a la educación por un período de tres años y emprender en ese tiempo una reforma radical.

 

Según el informe Pisa, los jóvenes latinoamericanos están en desventaja con respecto a otros países del mundo. Al día siguiente de presentado el informe, la prensa del país latinoamericano que alcanzó los mejores resultados, Argentina, publicó artículos muy críticos, porque no tenían nada que celebrar. En Chile, que ganó a Brasil por varios cuerpos de ventaja, el presidente Lagos convocó a una conferencia de prensa para anunciar medidas correctivas a fin de mejorar el nivel de lectoría de sus muchachos. En México, el presidente Fox se pronunció sobre el tema, con preocupación. Los jóvenes del Perú están en el último lugar de los 43 países en todas las materias -un 80 por ciento de ellos suspendió la prueba de lectura y no logró completar los ejercicios más simples y elementales del examen- y el presidente Toledo no parece haberse enterado.

¿Estrategia para no ver lo que duele, o descuido porque hay temas más urgentes que atender?
En 1997, el Perú participó por primera vez de una evaluación regional, también a cargo de la Unesco, en la que resultó último en matemáticas y penúltimo en lenguaje de un total de trece países. Los resultados del informe Pisa no hacen más que confirmar lo que ya se sabía y corroboran los resultados desoladores de las pruebas nacionales que se tomaron en el 2001, en las que nuevamente los jóvenes de cuarto de media no sabían prácticamente nada en las mismas materias elementales.

 

“Los resultados no llaman tanto la atención como la total indiferencia de la clase política frente a este tema. Yo no he escuchado ni a los miembros del Ejecutivo, ni a los parlamentarios decir algo”, comenta el educador León Trahtemberg, quien hizo llegar el informe Pisa a cada uno de los miembros de la Comisión de Educación del Congreso con la esperanza de que, al menos, se pronunciaran. Ni una sola reacción en un país donde se acaba de debatir una nueva ley de Educación, donde se ha cambiado al ministro del sector y donde Toledo se reafirma en ser el presidente de la educación.

Urge hacer algo ahora

Los errores de los años 70 y 80 en materia educativa están produciendo los terribles resultados que vemos hoy. En aquel entonces, se amplió la cobertura del sistema educativo sin mantener una inversión per capita suficiente para mantener una población estudiantil más grande. Fue así que la inversión por alumno o por maestro decayó. El efecto, veinte años después, se refleja en el 86 por ciento de los profesores peruanos que declaran ser pobres o muy pobres.

“El profesor que hoy está en la escuela, desde el punto de vista formativo y cultural, tiene condiciones notablemente inferiores con respecto a hace 25 años. Hay que tener presente que lo que hagamos hoy, bueno o malo, se va a sentir dentro de 20 años”, señala Trahtemberg.

Hay mucho pan por rebanar si tenemos en cuenta que hay 100 mil profesores desempleados a la espera de que los contraten y 170 mil estudiantes de educación en institutos y facultades desactualizados. Los estudios del Instituto de Pedagogía Popular revelan que, en un 45 por ciento, el rendimiento escolar tiene relación directa con el buen o mal desempeño del personal docente, según el especialista Sigfredo Chiroque.

El niño que no lee no aprenderá otras materias

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Lo más grave de todo es que “el niño que no lee está con problemas en todas las demás materias”, explica Chiroque. Comentario preocupante si tenemos en cuenta que en el 90 por ciento de los países latinoamericanos, las ciencias y las matemáticas se aprenden de textos escritos. El problema principal, por eso mismo, es lenguaje. “Si yo no doy un mínimo de calidad a los alumnos, vayan o no vayan al colegio dará igual, porque no aprenderán nada. Pisa nos está diciendo que los alumnos en cuarto de secundaria no saben leer. Les hemos dado una dosis de calidad tan baja que dársela o no dársela es casi lo mismo”, agrega Trahtemberg.

Muchos niños peruanos llegan a la escuela con un nivel de vocabulario que les impide entender no sólo lo que el profesor les dice, sino lo que está escrito en los libros (ver cuadros). “Se tiene que hacer un trabajo de compensación, familiarizarlos con el lenguaje, con la manera correcta de hablar, con un entendimiento del significado de las cosas. La sola asistencia al colegio no resuelve la brecha”, agrega Trahtemberg.

La falta de aprendizaje, dicen los especialistas, no es porque no sean inteligentes o no tengan potencial. Es simplemente porque no tienen la preparación lingüística verbal previa que les posibilite entender los códigos que se van a utilizar en la escuela. El niño que no está preparado desde primer grado, fracasa. De ahí proviene otro de los grandes problemas: la frustración acumulada de estos niños que se sienten inútiles, niños con la autoestima golpeada porque sienten que no pueden con la escuela. La mitad de los niños del Perú acaba tremendamente golpeados en su autoestima porque tienen que sobrevivir a la escuela. Ese será el alumno que, cuando llegue a cuarto de media, no sabrá nada.

Para hacer cambios se necesita una población preparada para el cambio y eso parte de un liderazgo decidido. El único que tiene capacidad de hacer de la educación un tema que modele la opinión pública con el deseo del cambio es el Presidente. En ese sentido, todos los presidentes son el presidente de la educación. Por acción o por omisión.