¿A quién podría considerarse como un especialista en agricultura, seguridad, salud, educación o cualquier otro tema de la vida pública peruana? La posibilidad más inmediata es la de la persona que tiene una vasta carrera académica, profesional y experiencia acumulada en el tema que aborda. La otra es la de aquélla persona que sin haberse formado en un tema específico, su experiencia cubriéndolo como congresista, periodista o consultor le permite dominar las aristas políticas, profesionales, normativas y presupuestales más relevantes. Entre los primeros hay figuras nacionales como Luis Jaime Cisneros, Ricardo Morales, Jesús Herrero, Edmundo Murrugarra, Constantino Carvallo y Hugo Díaz, cuyas capacidades y honestidad no necesitan mayor sustento y que en uno u otro tema expresan su parecer, muchas veces discrepante con el gobierno de turno. Eso es lógico porque no sería comprensible que se elogie frecuentemente a gobiernos que han permitido que el Perú caiga en los últimos lugares del desempeño escolar en el mundo y que sistemáticamente incumplen con las políticas que en materia educacional estableció el Acuerdo Nacional. Entre los segundos hay columnistas, periodistas y comunicadores de radio y televisión que al cubrir día a día los acontecimientos de la vida nacional van adquiriendo una capacidad de entender lo que pasa o podría pasar, de tratarse el tema educativo de una u otra manera. Por ejemplo, son aquellos que logran entender anticipadamente que la protesta magisterial se amplifica si hay de por medio otras conmociones sociales que así ejercen una mayor presión política sobre el gobierno, como lo que ocurrió recientemente en Cuzco, razón por la cual el Sutep escoge fechas para paros o huelgas que tengan esta arista ventajosa. Son también aquellos que pueden adelantar que si hasta el 2008 el gobierno no hace un esfuerzo por una profunda transformación de los sectores sociales, el año 2009 ya será tarde porque ningún gobierno pisa callos a dos años de las elecciones generales. También son capaces de entender que un presupuesto ampliado para regalar laptops tendrá una importante repercusión electoral. Lo que no me cabe duda es que quien desde una u otra opción se ocupa permanentemente de un tema, lo aborda en sus lecturas, conferencias, entrevistas, estudios, viajes, etc. desarrolla un conocimiento y una intuición u olfato de lo que va a funcionar o no, de los posibles problemas o temas irritantes, que rara vez tienen los presidentes nacionales o regionales, ó los ministros cuya procedencia no es la del sector que tienen a su cargo. Sumemos a eso que muchas veces los asesores principales del presidente o los ministros tampoco tienen el conocimiento, experiencia o vuelo intelectual comparable con el que han acumulado los especialistas. En el otro lado de la vereda están los gobernantes elegidos y los ministros y funcionarios del ejecutivo designados por el presidente nacional o regional, que en base a sus urgencias políticas, administrativas, de seguridad interna y presupuestales, así como consideraciones mediáticas y electorales, muchas veces desarrollan una intuición de lo que es conveniente políticamente que los especialistas no tienen. Siendo así, lo más democrático y lo mejor para el país es que los gobernantes abran los espacios para escuchar a los especialistas, tanto los que están al servicio del ejecutivo como los que están en la sociedad nacional opinando según su mejor entender, muchas veces discrepando de lo planteado por el gobierno, de modo que sin que estén obligados a hacerles caso, al menos usen sus argumentos críticos para hacer la prueba de la solidez de sus propias propuestas. Así, la lectura o escucha de sus críticas, análisis y propuestas puede ser de unidad nacional. Eso es lo sano, democrático e inclusivo. Cada opinante obviamente tiene sus sesgos por formación, ideología, extracción socioeconómica, pertenencia institucional, etc. pero si es decente y honesto, como es el caso de aquellos que cité en el primer párrafo, ninguno de esos factores tiene que asumirse como descalificador. Aún las personas antipáticas o que están políticamente en las antípodas del gobierno pueden tener razón en sus argumentos. Lo dicho es el antecedente a mi protesta frente al presidente Alan García y el Ministro José Antonio Chang, entre otros, quienes ante las críticas que evidenciaron ser justificadas por el error de considerar la procedencia del tercio superior de los titulados como criterio exclusivo para considerar contratables a los maestros, pretendieron descalificar a quienes aportaron desde la crítica, por considerarlos poco menos que antiperuanos. El Presidente García lo es de todos los peruanos, no solo de quienes piensan como él. Los regímenes autoritarios y sin libertad de prensa de Velasco y Fujimori ya terminaron (al menos hasta el 2011, porque después, si García no se esfuerza en los temas sociales, los herederos de ambos podrían volver a gobernar)