Los estudiosos del medio ambiente escolar con frecuencia buscan que correlacionar el sonido, la temperatura, el color, la iluminación y el olor de un salón de clases con el ánimo, emociones, conducta y aprendizaje de los alumnos que usan el aula. Esto, debido a que los sentidos permiten a las personas captar estas sensaciones las cuales pueden producir un efecto físico en las personas. Por ejemplo el estado de ánimo es influido por la actividad física y neuroquímica, y se relaciona con el desempeño cognitivo, la memoria y la creatividad. El color se ha relacionado con reacciones físicas como la tasa de respiración y presión sanguínea, por lo que colores claros son preferidos ante colores oscuros. Por su parte el sonido interfiere con la concentración requerida para el aprendizaje, aunque ello depende de la edad, sexo y habilidad académica del alumno. La temperatura tiende a influir en conductas sociales como la agresión, mientras que la luz favorece el mejor desempeño especialmente de niños menores.
Dado el efecto motivador que ejerce el uso de colores en los niños pequeños, muchas profesoras de inicial y primaria acostumbran adornar sus aulas de clases con hojas interactivas, fotos y dibujos coloridos. Sin embargo esto podría llegar a ser contraproducente. Un artículo de Or Kashti, la columnista educacional del diario Maariv de Israel del 14/3/2006, reseña una nueva investigación realizada por la arquitecta Dra. Rajel Zava -del Technion- y Efrat Jovav con 90 niños de 2do grado de primaria, revela que las aulas coloridas y paredes decoradas sólo perturban a los niños en su concentración y dañan significativamente sus logros académicos. Esto, debido a que los colores irrumpen en el campo visual del niño y distraen su atención.
Al investigar la influencia de un entorno colorido sobre el éxito de alumnos de 2do grado en pruebas de matemática, comprensión de lectura y comprensión auditiva encontraron que la duración de la resolución de la prueba de matemática entre alumnos que respondieron las preguntas estando sus mesas cubiertas con papel de color, fue mayor en un 30% frente a los alumnos cuyas mesas eran blancas. En la prueba de comprensión de lectura el número de errores ortográficos fue similar en ambos grupos, pero entre los alumnos que rindieron la prueba sobre el fondo colorido, el tiempo promedio para leer cada palabra fue 15% mayor, y la calificación de la comprensión del contenido fue menor en un 40% a comparación de los demás alumnos.
Diferencias claras fueron encontradas también en la prueba de comprensión auditiva, cuyo objetivo era revisar cómo logran los alumnos lidiar con temas nuevos. En la prueba se pidió a los alumnos responder a preguntas relacionadas a cuentos nuevos (desconocidos) que la maestra leía. El promedio de calificaciones de los alumnos que rindieron la prueba sobre fondo blanco fue de 120 puntos, frente a 80 puntos entre los otros alumnos.
La investigación permitió ver que en medio de un entorno colorido los niños lograron expresar su capacidad adquirida en el pasado a costa de un esfuerzo mayor y con mayor inversión de tiempo, afectándose además la capacidad de captar e interiorizar temas nuevos.
Muchos maestros piensan que se puede aumentar la motivación aumentando el colorido del ambiente, sin darse cuenta que en la práctica ello dificulta la concentración de los alumnos, especialmente al tratar temas nuevos. Sin duda el color es importante, pero si se suman los colores que aparecen en las paredes, sillas, puertas, mochilas y cartucheras, producen un innecesario “alboroto colorido” que irrumpe constantemente en el campo visual de los niños e inducir al cerebro a ocuparse en factores que distraen la atención.
Así como en las investigaciones que se han hecho en el campo del transporte se encontró que el “ruido de fondo” perturba la concentración de los choferes y se constituye en un factor de inseguridad vial, igualmente el “ruido de fondo” conformado por un colorido excesivo perturba la concentración de los escolares.
En suma, los profesores deben ser conscientes que el uso excesivo de colores puede dejar de ser motivador para convertirse en interferente. Así la sabia naturaleza una vez más nos enseña que los puntos medios son mejores que los extremos.