El presidente Toledo dedicó a la educación 3 minutos en su discurso de Fiestas Patrias. PPK ni la mencionó al asumir el premierato en agosto. Eso es consistente con la consecutiva indiferencia e inoperancia de todos los gobiernos, al menos desde 1980, respecto al tema educativo. Si la lucha por la educación no nace del gobierno, debe ser empujada desde los padres de familia, empresarios, intelectuales y gremios.
En ese sentido algo bueno está pasando en estos meses, con la gasolina que le está poniendo el Consejo Nacional de Educación desde la presentación del Proyecto Educativo Nacional. Como nunca los medios de comunicación, los gremios empresariales y los profesionales de diversas áreas están abordando el tema educativo y compartiendo la sensación de urgencia de hacer algo serio porque sino ninguna macroeconomía o TLC exitosos nos van a generar bienestar sustentable en el tiempo.
Los diarios regionales como este dan cabida a innumerables columnas de educadores y otros actores que denuncian o sugieren planteamientos para mejorar la educación. “El Comercio” acaba de finalizar sus mesas redondas pre electorales planteando una agenda a los candidatos y electores que incluye 1) Mejorar la formación, evaluación y el salario de los docentes. 2) Descentralizar la educación. 3) Mejorar la infraestructura de aulas y colegios. 4) Contar con una política educativa coherente y sostenida en el tiempo. 5) Aumentar al 6% del PBI el presupuesto para el sector educación (1/11/2005).
La Confiep ha dedicado al tema educativo el número de octubre de la revista “Presencia” planteando su agenda de prioridades: 1) garantizar la satisfacción plena de las necesidades de supervivencia de niños de 0 a 3 años, a través de la acción intersectorial; 2) mejorar el desempeño de los maestros con la implantación de la Carrera Pública Magisterial que implique evaluación y certificación periódica del desempeño docente; 3) lograr el incremento sostenido del presupuesto público para educación, en el plazo de 5 años, hasta llegar al 6% del PBI; 4) otorgar mayor autonomía a las escuelas; 5) articular la educación con la realidad y las demandas de desarrollo, en particular con las empresas privadas; y 6) implementar el Sistema Nacional de Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Superior.
Lo más interesante es que en el prólogo de la revista, José Miguel Morales Dasso Presidente de Confiep escribe que “El trabajo para construir un mejor país es de todos los peruanos. No podemos ocuparnos del crecimiento de hoy sin pensar que la primera obligación es que este esfuerzo y mejora sea sostenible. En ese sentido, la formación de los que mañana estarán en nuestro lugar tomando decisiones es fundamental y es la base para que lo que hacemos hoy tenga sus frutos mañana y se prolongue en el tiempo. Tenemos que trabajar unidos por la educación, porque si no cualquier esfuerzo actual por lograr el desarrollo, mañana más tarde no tendrá continuidad y simplemente se desvanecerá”.
Estas palabras para los entendidos son pan de todos los días. Pero hace mucho tiempo no se escuchaba del más importante gremio empresarial una convincente preocupación por la educación de los más pobres y excluidos como condición para el desarrollo del conjunto del país.
En todos los casos, hay enormes coincidencias con el PEN planteado por el Consejo Nacional de Educación cuyos seis objetivos esenciales son 1) Una educación de calidad al alcance de todos los peruanos (con trece años de buena educación para todos, priorizando a la infancia); 2) Escuelas innovadoras donde todos aprenden (sin excluidos, con autonomía institucional e iniciativas creativas); 3) Maestros bien preparados que renuevan la profesión docente (profesores en permanente capacitación y con en una nueva carrera docente que incorpora las evaluaciones e incentivos para el mejor desempeño); 4) Una educación que se financia y se gobierna con eficacia y transparencia (con gestión descentralizada, financiada y administrada con eficiencia y rendición de cuentas); 5) Una educación superior que aporta al desarrollo y la competitividad del país (que innova, investiga y contribuye creativamente al desarrollo del país y la formación de profesionales éticos, competentes y productivos, comprometidos con las demandas de desarrollo nacional); 6) Una sociedad que forma mejores ciudadanos (municipios democráticos que forman para la ciudadanía. Empresas, organizaciones y líderes comprometidos con la educación. Medios de comunicación asumen su rol educador)
Sin duda, si cruzamos todos los enunciados encontraremos grandes coincidencias, lo que quiere decir que estamos en un momentum favorable para colocar el tema en la agenda y llegar a consensos para impulsarlos de inmediato. Solo falta que los candidatos presidenciales y congresales estén a la altura del desafío.