Si los candidatos a autoridades locales, regionales y nacionales quieren entender por qué la población tiene una recordación positiva tan fuerte del ex presidente Fujimori deberían leer el estudio de modelos mentales sobre el gobierno central y el presidente realizado por Carlos E. Aramburú y su equipo (Economía y Sociedad # 53, CIES, octubre 2004).

Ellos hicieron grupos focales y entrevistas a profundidad a socias y dirigentes de cuatro comedores populares en Lima y Huancayo. Para ellas, el gobierno se personaliza en la figura del Presidente, dueño del Tesoro Público, cuya cercanía o lejanía es decisiva en la valoración que hacen sobre él. De Alan García recuerdan el caos, las pandillas, la violencia, los apagones y el terrorismo, las colas, la falta de comida y los robos de los funcionarios. “Jalaban, robaban…”. De Alberto Fujimori recuerdan que puso orden, hizo obras (postas, escuelas, seguro escolar), daba más alimento y capacitaciones para comedores populares, promovía a las mujeres, les daba regalos en Navidad, y en el “Día de la Madre” las visitaba y hasta bailaba con ellas. “Ha jalado (robado), pero al menos ayudaba a los pobres”. De Alejandro Toledo reclaman que les ha quitado parte de lo que recibían con Fujimori. Dicen que hay menos trabajo, todo sube y está caro, no hay plata, el Presidente todo el tiempo cambia de opinión y cede a la presión, manda menos alimentos que además no están frescos, da menos capacitaciones, no tiene interés por llegar a las mujeres, no regala nada, nunca va a ver a la gente, gasta el dinero en viajes y lujos, se ha olvidado del pueblo. “Jalan, roban, se favorecen a sí mismos”.

Lo que este estudio encuentra es que se valora la figura del Presidente cuando hay empatía y lo sienten cercano. “Si se parece a mí, si es uno más de nosotros, entonces debería protegernos”. Por eso están tan enojados con Toledo, porque habiendo sido pobre y de infancia sufrida en vez de protegerlos los ha abandonado. Asimismo, resienten que pague sueldos elevados a funcionarios incompetentes e irrelevantes, lo cual es percibido tan nocivo como robar. En suma, buscan un presidente paternalista, asistencialista, populista, generoso, que exprese cariño mediante regalos en fechas especiales, con el que mantienen la ilusión de un vínculo personal directo.

¿Será este el trasfondo del programa ProPerú(Posible) que se lanzaría precisamente el “Día de la Madre”?