Un dirigente estudiantil de la “tomada” UNI me envió un email pidiendo mi opinión sobre sus propuestas para una nueva ley universitaria y que incluía 1) La defensa de la gratuidad irrestricta de la enseñanza pública. 2) El voto universal para la elección de autoridades, para evitar que se compren los votos de los asambleístas, que se formen comités electorales a la medida y asegurar que se elija a las autoridades en base a un plan de trabajo fácil de fiscalizar. Junto con ello pedía consagrar el derecho a la revocatoria de las autoridades, fiscalizando así su gestión a la mitad del mandato. 3) Eliminar la ANR
Dado que esos planteamientos recorren actualmente los estamentos de varias universidades adjuntaré mi respuesta.
“Estimado estudiante. Con la misma confianza que Ud. acudió a mi le respondo adjuntándole algunos artículos que escribí sobre estos temas. Otros más los podrá encontrar en mi página web www.lp.edu.pe/l_trahtemberg
Su lectura solo tendrá sentido si es Ud. un estudiante serio, responsable, democrático y de mente abierta. De lo contrario, es preferible que haga «delete» y se olvide de este email.
1) No creo que el Perú pueda ni deba sostener una educación universal gratuita en las universidades públicas por las razones que he explicado en infinidad de artículos. Creo que hay otros mecanismos más eficientes, como en el primer mundo, donde la mayor parte de los estudiantes estudian con créditos educativos que se reembolsan cuando ya son profesionales, pero los cual les permite estudiar sin restricción económica alguna hasta culminar su carrera. Además los mejores alumnos, reciben becas completas.
2) El tema de la elección de las autoridades por voto universal así como su revocatoria me preocupa porque eso hace que lleguen a los cargos principales las personas que tienen más capacidad de maniobra política y carisma, que como hemos visto en la vida política, no necesariamente son los más idóneos.
También me preocupa dilucidar si efectivamente los estudiantes -usuarios temporales (y en plena formación) de un servicio público- deben ser los que elijan a sus autoridades. Mi largo trajín por la vida educativa me ha enseñado que los criterios que usan los estudiantes para juzgar a sus profesores y autoridades distan mucho de aquellos que ellos mismos usan 20 años después, una vez que ya son profesionales maduros, para reconocer quiénes fueron los profesores y autoridades que realmente marcaron sus vidas de manera positiva. A nivel escolar pasa exactamente lo mismo. El ejercicio de la autoridad no es compatible con un concurso de popularidad.
En las universidades norteamericanas en las cuales existe la evaluación de los profesores por parte de los alumnos han descubierto que ha caído el nivel de exigencia y ha habido una inflación de notas, porque los profesores “compran” la simpatía de sus alumnos para no ser mal calificados y despedidos. ¿Eso es lo que ustedes quieren? ¿Autoridades y profesores dedicados a ganar concursos de popularidad?
Me preocupa además que en muchas universidades los cuestionamientos a los rectores y autoridades están a cargo de quienes perdieron las elecciones y que haya estudiantes que crean que tienen el derecho a tomar una universidad e impedir sus actividades. Es una peculiaridad de países subdesarrollados. ¿Con qué derecho se apropian de un bien público, y sin que medie mandato judicial o acción legal deciden impedir el ejercicio de la autoridad legalmente establecida y negar la voluntad de los profesores y alumnos que sí quieren ir a clases? ¿Eso es democracia? ¿Estamos formando ciudadanos demócratas o futuros tomadores de carreteras? Si hay ciudadanos que eligieron al presidente Toledo pero ahora están descontentos con su gestión, acusada de incompetencia y corrupción ¿eso les da el derecho tomar el Palacio de Gobierno hasta que lo vaquen en la presidencia? ¿Para qué existen las leyes y el Estado de Derecho?
¿Tienen ustedes el derecho de ponerse por encima de eso? ¿Se han erigido en dioses que por sí y ante sí deciden quién es bueno, quién es malo, quién se queda y quién se va?
3) Respecto a la ANR, se trata de un club de amigos que se juntan para fines sociales, culturales, académicos, de investigación, foros, pero no es una instancia que resuelva nada. Es como la ONU. No se puede esperar que ellos resuelvan los problemas de otros. Cada universidad debería tener sus mecanismos de solución de conflictos y si hay denuncias por malos manejos, ir al poder judicial. La ANR no es el poder judicial.
Amigo, como verá mis opiniones no pretenden ganar votos ni simpatías, simplemente reflejar mi parecer, para lo que pudiera servir.
Falta debatir mucho más el tema. Lo saluda atentamente, L.T.