Parece que la Comisión de Educación del Congreso no entiende que su tarea no es sólo dar leyes para normar la educación peruana sino además comportarse de modo que en su quehacer hagan educación cívica cotidianamente. Más allá del contenido del dictamen aprobado por apristas y fujimoristas sobre la Ley de Carrera Pública Magisterial, entender que declararse en sesión permanente significa esconderse en un recinto (Sala Basadre), al que no tenga acceso la prensa, y aprobar en bloque 50 artículos y 13 disposiciones en 2 horas y sin debate minucioso para corregir errores, parece poco educativo. El Consejo Nacional de Educación se había pronunciado ese día 12 de junio señalando como componentes vitales de la CPM varios de los que aparecen en el dictamen, pero quedó fuera el que dice que el ingreso -vía nombramiento- de los mejores postulantes, que acrediten sus destrezas y conocimientos profesionales, debe darse luego de aprobar primero una evaluación nacional y luego una evaluación de la institución educativa receptora. Asimismo, antes del nombramiento, debe haber un período de inserción completado satisfactoriamente. Esto, que es esencial, no se ha considerado en el dictamen. Por su parte, el Ministerio de Educación dio a conocer el sábado 9 de junio normas relacionadas con la convivencia y disciplina escolar, el uso adecuado del tiempo y la formación ciudadana, cívica y patriótica en las instituciones educativas y programas de educación básica. Por un lado valoriza la disciplina expresada en el hábito de la puntualidad en la actividad educativa, exigiendo que todas las clases, recreos y actividades deben tener un horario preciso de inicio y término. Por otro lado establece que «Las Instituciones educativas podrán participar, libre y voluntariamente, en desfiles escolares», es decir, ningún municipio o UGE puede obligar a los colegios a desfilar. Además señala que «Los ensayos se realizarán fuera de la jornada escolar, por ningún motivo se perderá horas de clase» y además «Está prohibido el uso de prendas militares, armas, réplicas de las mismas o juguetes alusivos a cualquier tipo de armamento. El saludo de los estudiantes y escoltas a las autoridades, profesores y visitantes en general se realiza con respeto cívico, utilizando expresiones y formas que correspondan a la vida civil y ciudadana». Es decir y por extensión de ambos enunciados, los padres pueden negarse a que sus hijos participen en desfiles escolares militarizados, sin que caiga sanción alguna a sus hijos. Felicitaciones al Ministerio de Educación.