El presidente ejecutivo de Weidmuller de Alemania que se dedica a la fabricación de componentes para industrias eléctricas y electrónicas, necesita contratar 200 ingenieros para los próximos dos años pero no los encuetra en el mercado. Problema similar se da en España, Suiza, Japón y tantos otros países con crecientes demandas de ingenieros para lidiar con los retos de la producción de nuevos productos tecnológicos. La escasez de ingenieros altamente calificados y la falta de estudiantes que se estén formando en carreras tecnológicas se ha convertido en un problema tan agudo para las empresas líderes en Alemania como Siemens, Burkert, Weidmuller, ThyssenKrupp o Bosch que éstas han empezado a invertir y desarrollar actividades para niños de educación inicial, para así asegurar la futura provisión de ingenieros. La asociación alemana de ingenieros estima que hay unos 95,000 puestos vacantes para ingenieros, comparados con los 18,000 de hace tres años. En Japón hay una notable preocupación por un tema similar. El País publica una nota de Martín Fackler (Tokio, 07/06/2008) titulado “Japón se queda sin técnicos” en el que menciona que hay un número decreciente de estudiantes que cursan ingeniería y carreras tecnológicas, fenómeno denominado rikei banare o «huida de la ciencia». Cálculos del Ministerio de Interior estiman que el sector de la tecnología digital ya tiene una escasez de casi medio millón de técnicos, lo que ha obligado a los empresarios a buscar que atraer a los técnicos a la mitad de su carrera estudiantil, ofreciendo importantes primas de contrato. Todo esto se debe a que los ejecutivos y los propios jóvenes se comportan cada vez más como los norteamericanos que tienden a escoger actividades mejor pagadas como la economía o la medicina, o carreras creativas como las artes, en lugar de emular a sus padres asalariados trabajando en el poco elegante mundo de las fábricas. Esto está resultando tan preocupante que la industria ha lanzado campañas publicitarias para procurar que la población estudiantil sienta que la ingeniería es una carrera atractiva y moderna. A la par, las empresas están empezando a contratar a trabajadores extranjeros ó alternativamente a trasladar los empleos a países en los que hay certeza de contar con técnicos calificados como Vietnam ó India. Mientras, China produce unos 400.000 técnicos al año y espera usurparle a Japón el liderazgo económico de Asia. El Financial Times publica el 16 de junio del 2008 un reporte de Richard Milne, desde Viena. Se trata de interesar a los niños desde los tres años en actividades que los motiven hacia la ciencia y tecnología y a interesarse en entender lo antes posible “cómo funcionan las cosas”. Si Alemania quiere basar su desarrollo en la innovación, tiene que formar gente capaz de hacerla. Siemens ha proporcionado cerca de 3,000 cajas con “kits de descubrimiento” llenas de experimentos científicos realizables por niños de 3 a 6 años, que le cuesta 775 dólares por caja y ha extendido su programa a China e Irlanda, entre otros. Hacen experimentos como construir circuitos eléctricos básicos con cables, baterías y luces. También capacitan profesores sobre el uso de estas cajas. Funcionarios de Weidmuller visitan escuelas primarias para jugar juegos de ciencias con niños de 8 años para explicar que es lo que hacen en su trabajo cotidiano y luego los invitan a visitar las instalaciones de la empresa. Weidmuller invierte 7.7 millones de dólares al año en programas educacionales, incluyendo el pago a estudiantes universitarios que toman un grado universitario (unos 60,000 dólares al año cada uno), para visitas al extranjero, campamentos de verano, programas educativos duales, en los cuales se combinan los estudios técnicos con entrenamiento en la empresa. La empresa de aceros ThyssenKrupp convoca un evento bianual denominado “Ideen Park” (parque de exposición de ideas), con amplios salones en los que se exhiben experimentos hechos a mano por niños –y adultos- como aquel que explica cómo funciona un trineo en hielo con circuitos hechos por los mismos niños. Esta última feria en Stuttgart el último año fue visitada por más de 300,000 personas, muchos de ellos menores. Las empresas están poniendo especial atención en interesar a las niñas para involucrarse en el trabajo de ingeniería de modo que se aumente el recurso humano potencialmente apto para estas actividades. Ellas están convencidas que los profesionales nacionales podrán darle un valor agregado a la industria alemana. Sin embargo, es poco probable que satisfaga su demanda, al igual que Japón y otros desarrollados. Aquí se avizora una excelente oportunidad para profesionales peruanos, en la medida que haya un importante esfuerzo por levantar la calidad de la formación de los ingenieros. Bien valdría la pena mirarlo desde la perspectiva estratégica nacional.