El Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo realizado por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación presentó recientemente los resultados del estudio que evaluó entre setiembre y diciembre del 2006 a 196,040 alumnos correspondientes a 3,065 colegios de 16 países de América Latina, además del estado mexicano de Nuevo León. Fueron evaluados en matemática y lectura de 3ro y 6to grado, y 9 de ellos también en ciencias en 6to grado. Si dividimos el desempeño de los alumnos de todos los países en función de la media regional, los que están arriba son Cuba, Chile, Costa Rica, México, Uruguay (y Nuevo León). En la media regional se ubican Argentina, Brasil y Colombia. Debajo de la media regional se ubican El Salvador, Perú y otros cinco países a los que Perú supera ligerísimamente en los promedios: Ecuador, Guatemala, Nicaragua, Paraguay, Panamá y luego República Dominicana (de lejos en la cola). En 1997 Perú era 11avo de 12. Ahora es 10mo de 16 pero, con excepción de Paraguay y R. Dominicana, supera a 4 países con educación débil que no participaron la vez pasada: Ecuador, Guatemala, Nicaragua y Panamá. Es decir, en diez años no hemos avanzado respecto de la comparación con quienes nos superaban en 1997. Lo más grave es que dentro de lo precario de nuestro desempeño, el Perú es el país que mayor distancia muestra entre el desempeño de alumnos en el sector urbano y el rural. Es decir, si nos focalizáramos solamente en los resultados del sector rural, seríamos los últimos de América Latina. Eso quiere decir que aún no se logra inyectar suficiente capital cultural a los más pobres para salir de su pobreza con lo que se sigue alimentando la inequidad. Otro hallazgo de las pruebas es que el factor más decisivo para el buen desempeño de los escolares es contar con un clima institucional acogedor y estimulante, que es más decisivo aún que el nivel socioeconómico y cultural de las familias de origen. Siendo así, la apuesta por formar y designar directores de alta capacidad de gestión y autonomía tendría un enorme efecto multiplicador. En conclusión, más allá de las reiteradas evaluaciones de alumnos y docentes, el Ministerio de Educación debería desarrollar estrategias eficaces para garantizar que los alumnos peruanos alcancen a la brevedad los aprendizajes establecidos en los estándares regionales. No se observa aún esa urgencia en la agenda gubernamental aprista.