Howard Gardner, el famoso sicólogo de Harvard creador de la teoría de las inteligencias múltiples, critica que la obsesión de muchos países por mejorar su ranking en las pruebas internacionales de rendimiento escolar como PISA o TIMSS les hace perder de vista los objetivos verdaderamente relevantes del sistema educacional. (Edweek, 14/9/2005 Beyond the Herd Mentality, The Minds That We Truly Need in the Future).
Reconoce que si bien se puede aprender mucho de las comparaciones internacionales y de los quehaceres de escuelas efectivas de países líderes como Finlandia o Singapur, es criticable la obsesión por mejorar la posición relativa del país en estos rankings, ignorando los propósitos más profundos e importantes de la educación nacional. Considera que está documentado hasta la saciedad el perjuicio que resulta de convertir las pruebas estandarizadas en lo más importante de la escuela y el daño que produce que los profesores se concentren en enseñar para estas pruebas, convirtiendo a los colegios en “academias de preparación para aprobar tests”. Así, resulta penoso que algunos resultados numéricos se conviertan en la razón de ser de todo el proceso educativo.
Gardner sugiere concentrarse en lo esencial, en el tipo de mentalidades que debiéramos cultivar en nuestros estudiantes para alcanzar el éxito como personas y como nación, que debieran ser al menos las cinco siguientes:
a). Una mente disciplinada, capaz de pensar, reflexionar y desempeñarse apropiadamente en las disciplinas principales.
b). Una mente sintetizadora, capaz de sumergirse en el mar de información, decidir cuál es la importante y organizarla de modo que tenga sentido.
c). Una mente creativa, capaz de generar nuevas interrogantes, producir soluciones innovadoras y pensar más allá de lo convencional.
d). Una mente respetuosa, que reconoce y entiende las diferencias entre las personas y es capaz de trabajar productivamente con ellas.
e). Una mente ética, que supera los intereses egoístas, piensa en la calidad de su desempeño y en el bien común.
Estas capacidades no se pueden medir con pruebas convencionales de lápiz y papel o computadorizadas. Gardner parece sugerir, especialmente a los países pobres y rezagados de la modernidad como el Perú, que debemos reformular los pilares educacionales, descartar el currículo tradicional y las evaluaciones mecánicas, y conseguir profesores suficientemente buenos para hacer que los niños y jóvenes piensen, creativa y éticamente, para que se formen como personas íntegras, solventes, innovadoras y eficaces.