Cuando se habla en educación de discriminación por género, el saber convencional se ubica en la idea de que las mujeres tienen menores oportunidades educativas que los hombres, lo que ha sido cierto históricamente sobre todo en los sectores más pobres. Por ejemplo en el Perú el 70% de los analfabetos son mujeres, y a la primaria rural asisten muchos más hombres porque las mujeres suelen estar encargadas de las tareas del hogar. Sin embargo, esto oculta una nueva realidad que evidencia que cuando ambos asisten al colegio, desde muy pequeñas las mujeres sacan ventajas, maduran antes y se desempeñan mejor que los hombres. La mayoría de los problemas de aprendizaje, emocionales y de conducta se concentran en los hombres. En el artículo “Gender Differences in Educational Achievement within Racial and Ethnic Groups” publicado en el ERIC Digest ED455341 de agosto 2000 hay una interesante nota sobre el tema a partir de los estudios que ha venido haciendo el Educational Testing Service (ETS) de EE.UU.

En las pruebas nacionales que se aplican a alumnos de 4to., 8vo. y 12vo. grados se observó que en lectura y escritura las mujeres rindieron más alto que los hombres en todos los segmentos y grupos étnicos. En ciencias, en 4to grado no hubo diferencias entre géneros, pero en 8vo grado los varones blancos puntaron más alto que las mujeres blancas, mientras que en los otros grupos étnicos no hubo diferencias entre géneros. En 12vo. grado nuevamente los varones blancos superaron a las mujeres blancas, los hispanas a las hispanas, mientras que entre afroamericanos y entre isleños del Pacífico asiático no hubo diferencias. En matemática en 4to grado los varones blancos vencieron a las mujeres, no habiendo diferencias en los otros grupos étnicos. En cambio en 8vo y 12vo grados no hubo diferencias de rendimiento por género en ninguno de los grupos étnicos.

Entre los postulantes a la universidad que tomaron el ACT en 1999 hubo de 1 a 3 % más mujeres que hombre en todos los grupos étnicos, excepto entre los afroamericanos en el que los hombres superaron por 7% a las mujeres.

Entre los que tomaron el SAT 1 en 1999, que es la prueba de razonamiento para admisión a la educación superior, el 55% eran mujeres y el 46% hombres. La brecha de género en matemáticas está prácticamente cerrada en todos los grupos excepto los hispanos en entre los que aún sobresalen los hombres. En ciencias naturales ocurre lo mismo.

Entre los hispanos, la brecha se va cerrando entre los mexicanos. A los Advanced Placement Program, que permite a alumnos de secundaria ir acumulando créditos para la universidad, cada vez aplican más mujeres, cerrándose la brecha que favorecía a los hombres..

La tasa hombre/mujer difiere sustancialmente según la asignatura. En 1999 era notablemente favorable a los hombres en computación y física, mientras que era favorable a las mujeres en áreas humanísticas como sicología y francés. En cuanto a la culminación de la secundaria, en 1998 la tasa fue 90% en mujeres y 87% en hombres, tendencia que se mantiene desde 1980. En los otros grupos no hay mucha diferencia (88% ambos) salvo entre los hispanos que en 1998 fue 66% de mujeres frente a 60% de hombres. En cuanto a la culminación del primer título de 4 años de universidad, (college), en 1998 la tasa de egresados fue 27% en total para adultos de 25 a 29 años, con 29% de mujeres y 26% de hombres.

En conclusión en EE.UU. ya no hay una diferencia notable en el acceso a la educación por razones de género, aunque la tradicional diferencia en algunas disciplinas académicas aún se mantiene. Además los jóvenes blancos mantienen ventajas en el acceso a los cursos preparatorios de secundaria que permiten el acceso a la universidad y luego a los mejores empleos. Por otro lado han aumentado los esfuerzos por medir mas objetivamente los desempeños de los alumnos independientemente de la etnia y el género, sin embargo, algunos grupos se benefician con la técnica de las pruebas estandarizadas, por lo que se requiere otros sistema de medición para hacerla más equitativa y justa.

Se requiere hacer todavía un trabajo intensivo entre afroamericanos e hispanos para alcanzar la equidad de género y para superar los estereotipos por género que aún existen en algunas disciplinas, limitando las oportunidades de completar una educación superior que de mayores opciones de desarrollo profesional. Para ello los profesores debieran enseñar a los alumnos a focalizarse en sus fortalezas y debilidades personales, ayudando a cada uno a sacar el mejor provecho a las oportunidades educacionales

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