Hace una década nos visitó Dra. Amanda Céspedes, distinguida neuropsiquiatra y neuropsicóloga chilena especializada en el difícil tema de los niños hiperactivos y con desorden por déficit de atención (DDA) y con sus conferencias ayudó a clarificar conceptos y desterrar mitos. Pese al tiempo transcurrido, sus conceptos siguen siendo vigentes.

Empecemos señalando que el Desorden por Déficit de Atención (DDA) es un desorden crónico cuya fase más intensa se manifiesta entre la infancia y la pubertad, aunque continúa luego atenuadamente hasta la adultez, produciendo algunos efectos en la vida de las personas. Lo padece alrededor del 10% de la población. Antiguamente se le consideraba como «problema de aprendizaje», «daño cerebral», «hiperkinesis» o «hiperactividad.». Sin embargo hoy en día existen criterios mucho más precisos para diagnosticar el DDA. Normalmente se detecta cuando se observa la presencia de dificultades en la capacidad de atención, el control de los impulsos y a veces la presencia de hiperactividad, aunque también hay niños con DDA que son muy quietos en su apariencia, pero tienen su mente en otro lado.

Las dificultades de atención se expresan cuando los niños prestan poca atención a detalles y hacen errores por descuido; tienen un reducido tiempo de atención; no escuchan cuando se les habla directamente; no siguen instrucciones; fracasan en completar las tareas; tienen dificultades para organizar sus actividades; evitan tareas que exigen un esfuerzo mental continuado; pierden objetos y olvidan aspectos de sus rutinas diarias; fácilmente se distraen. La hiperactividad se manifiesta cuando los niños son muy inquietos y tienen dificultades para quedarse sentados en sus sitios; corren en vez de caminar; se les dificulta jugar tranquilamente; hablan excesivamente. La impulsividad se expresa cuando los niños saltan con respuestas antes que se haya terminado la pregunta; les es difícil esperar su turno; frecuentemente interrumpen a otros.

Es importante señalar que no hay una relación perjudicial entre inteligencia y DDA. Es más, entre los niños con DDA se suele encontrar muchos con inteligencia superior a lo normal.

Para apoyar a los niños con DDA los profesores pueden organizar el ambiente de estudio sentándolo en la carpeta de adelante, cerca del profesor, rodeado de alumnos tranquilos; evitar distracciones (ventana), ruidos (ventilador, tránsito), cambios de horarios e interrupciones; mantener un control diario del jornal; darle una sola consigna por vez, acompañándolo con un frecuente monitoreo; asegurar que evalúa sus conocimientos y no su atención; darle tiempo extra para ciertas tareas; tomar nota que rápidamente se frustra porque el estrés, la fatiga y la presión reducen su capacidad de autocontrol.

Respecto a la disciplina, frente a una trasgresión conviene mantener la calma, señalarle cuál es la falta cometida pero evitar debatir con él. Tener pre establecidas las consecuencias para sus infracciones y aplicarlas de inmediato; recordar periódicamente las reglas de disciplina. Los padres por su parte pueden asumir estas mismas pautas proporcionándole al niño un ambiente de estudio tranquilo en la casa, estableciendo rutinas y horarios constantes para el estudio; deben revisar a diario sus tareas y anotaciones en el jornal que también puede usarse como medio de comunicación diaria con el profesor.

Frente a lo dicho, ¿qué mensajes debemos trasmitir a los niños con DDA? Debemos procurar imaginarnos lo difícil que les resulta a los niños con DDA sentir sus desórdenes de atención y ver diariamente a sus compañeros con una envidiable tranquilidad. Por eso cualquier terapia debe empezar enseñándoles a aceptar sus diferencias, pensando a la vez que también tienen fortalezas, y que aún si requieren un esfuerzo adicional van a poder llegar a los mismos logros que los demás. Es muy importante lograr revertir la tendencia a fastidiarse y buscar culpables por sus problemas, así como la tendencia a desquitarse dejando de estudiar o portándose mal para abocarse a su superación, porque eso solamente lleva a conductas autodestructivas. La práctica de un deporte o de instrumentos musicales que permitan sus descargas expansivas (tambores, tumba, piano, batería) pueden constituirse en excelentes canales para afirmar su autoestima.

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CLASES MAGISTRALES NO CONMUEVEN EL CEREBRO En el año 2010 un equipo de investigadores del Massachusetts Institute of Techonolgy (MIT), en Boston, colocaron a un universitario de 19 años un sensor electrodérmico en la muñeca para medir la actividad eléctrica de su cerebro las 24 horas durante siete días. El experimento arrojó un resultado inesperado: la actividad cerebral del estudiante cuando atendía en una clase magistral era la misma que cuando veía la televisión; prácticamente nula. Los científicos pudieron probar así que el modelo pedagógico basado en un alumno como receptor pasivo no funciona.

“El cerebro necesita emocionarse para aprender”, explica José Ramón Gamo, neuropsicólogo infantil y director del Máster en Neurodidáctica de la Universidad Rey Juan Carlos. Gamo, que estudia las dificultades de aprendizaje de personas con dislexia o TDAH desde hace más de 20 años, observó que en la mayoría de los casos esos problemas no estaban relacionados con esos síndromes, sino con la metodología escolar. Él y su equipo identificaron que el 50% del tiempo de las clases de primaria en España se basan en transmitir información a los estudiantes de forma verbal, algo que en secundaria sucede el 60% del tiempo y en bachillerato casi el 80%.

Basándose en diferentes investigaciones científicas y en las suyas propias, concluyeron que para la adquisición de información novedosa el cerebro tiende a procesar los datos desde el hemisferio derecho -más relacionado con la intuición, la creatividad y las imágenes-. “En esos casos el procesamiento lingüístico no es el protagonista, lo que quiere decir que la charla no funciona. Los gestos faciales, corporales y el contexto desempeñan un papel muy importante. Otra muestra de la ineficacia de la clase magistral”, explica Gamo.

http://economia.elpais.com/economia/2016/07/17/actualidad/1468776267_359871.html

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