Versión completa de la columna más reducida publicada en Correo

Empecé mi carrera como exalumno docente de secundaria a los 18 años, y como todo profesor joven que estudiaba ingeniería, orienté mi enseñanza (tipo academia) a procurar que los alumnos lograsen las habilidades y conocimientos preestablecidos. Del mismo modo, al igual que mis colegas mayores, presionaba y amonestaba a los alumnos que no lograban lo esperado. A aquellos que terminaban con un promedio bajo, les hacíamos saber que debían moderar sus expectativas con respecto a las carreras profesionales a estudiar debido a las limitaciones de sus capacidades.

A falta de retroalimentación que cuestionase ese «método» mantuve esa línea de conducta con la satisfacción de los elogios de quienes lograban alcanzar los objetivos y sus padres.

Fue mi interacción semanal con el sicoanalista Marcos Gheiler y las sicólogas con las que trabajé en el colegio lo que me permitió reformular totalmente mi visión educativa, así como rectificar la manera como me relacionaba con los alumnos, sus dificultades y el señalamiento de las expectativas respecto a su futuro. Entendí las diversas dimensiones de la personalidad y la vida afectiva, emocional, social e intelectual de los alumnos, las inteligencias múltiples, disciplina, inclusión, el decisivo vínculo profesor-alumno y también la importancia de no pronosticar el futuro de nadie, porque éste es totalmente abierto, dependiente del libre albedrío de cada cual.

Aún hoy algunos de mis exalumnos de mis primeros años docentes al verme por televisión y radio proponiendo nuevos enfoques para la educación me comentan sobre su resentimiento por el trato recibido en el pasado. Lamentablemente no existe la disculpa reparadora de lo ya hecho en quienes se sintieron maltratados. Sin embargo, sí se puede difundir entre colegas profesores y directores estas experiencias en aras de que se puedan prevenir estas heridas en otros alumnos. Eso dio origen a mi libro «Los Errores de los cuales Aprendí» (ediciones SM)

En este mismo espíritu de no esperar 10 ó 20 años para darnos cuenta que hemos actuado equivocadamente y debemos corregir errores como los que he relatado sobre mis experiencias acumuladas, es que sugiero al presidente Humala que no cometa el error de promulgar la agendada ley sobre selección y adquisición de textos escolares hasta que sea mejorada, ya que está anclada en los errores de la pedagogía y gestión educativa del pasado que deben ser urgentemente superados. Hay allí asuntos que de implementarse rigurosamente de acuerdo al texto (porque no soy partidario de que los reglamentos tuerzan el espíritu de las leyes), harían retroceder la educación peruana al menos 30 años: usar compendios o enciclopedias en lugar de modernos textos interactivos -impidiendo el camino hacia la innovación que derivará en textos digitales interativos-; limitar las opciones de trabajo escolar que consideran las inteligencias múltiples y los problemas de aprendizaje y atención/concentración de los alumnos; asambleísmo de padres de familia para tomar decisiones sobre textos escolares que no corresponden a su espacio de actividad -ninguneando de paso el rol del director, la autonomía escolar y desconociendo que en el Perú las APAFAS no son precisamente entes transparentes y confiables–; burocratización estatista de los procesos de autorización de circulación de textos escolares previa intervención del Observatorio Nacional de Textos Escolares que señala la ley; etc. ignorando de paso las serias observaciones a la ley que ha hecho el Consejo Nacional de Educación en su comunicado del 16/02/2012.

No se debe usar la lucha contra la corrupción y las malas prácticas comerciales -que ya tenían sus instancias de control y estaban siendo reglamentadas a partir de la ley del año pasado- como pretexto para introducir un espíritu estatista y controlista a la educación privada que no le hará ningún bien a su desarrollo, menos aún en una sociedad que ha escogido el camino del reconocimiento de la la educación privada como una opción legítima para los promotores de propuestas educativas particulares y para las familias adherentes que confían en ella.

Documento afín

Pronunciamiento del Consejo Nacional de Educación sobre la ley de selección y adquisición de textos escolares

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Una conferencia en TED afín al tema del libro (en inglés, 20′):
Brian Goldman: Doctors make mistakes. Can we talk about that?
Every doctor makes mistakes. But, says physician Brian Goldman, medicine’s culture of denial (and shame) keeps doctors from ever talking about those mistakes, or using them to learn and improve. Telling stories from his own long practice, he calls on doctors to start talking about being wrong.