¿Cómo puede un país pobre cerrar la brecha educacional con los ricos? Cultivando los talentos creativos de los jóvenes, para lo cual hay que cuestionar todas aquellas prácticas escolares que se oponen a la libertad de creación y pensamiento, es decir, todos aquellos rituales de domesticación mental que ha sido usadas por la escuela peruana para reproducir una sociedad subdesarrollada. Esos rituales conforman una especie de escuela invisible que es más potente que la que se ve en los currículos, y que los educadores cultivan usualmente de manera rutinaria, tradicional e inconsciente.
Según Pablo Daniel Vain la escuela trabaja con seis grupos de rituales: los que controlan el espacio y el tiempo, los que domestican los cuerpos, los que marcan distinciones, los que premian y castigan, los rituales asociados a la escritura, y los que expresan la identidad y valores a través de efemérides y actos escolares. (Education Policy Análisis Archives Vol 10;13, feb 2002)
Los rituales del espacio y del tiempo manipulan las estructuras espacio-temporales para controlar a los sujetos, segmentando los espacios escolares en aulas, zonificando los patios y jardines, las zonas de oficinas, estableciendo un régimen de horarios y tiempos fijos de clases que a su vez desdoblan los tiempos en unidades cada vez menores que pautean el tiempo de tareas, ejercicios, etc. poniendo el acento en la homogeneización de los sujetos.
En los rituales de la domesticación de los cuerpos, se establecen momentos para acudir al baño, para comer, para hacer actividad física o para estar inmóviles en el aula, lo que apunta a establecer fuertes correlaciones entre el cuerpo y la disciplina.
Los rituales de las distinciones se utilizan para legitimar y subrayar las diferencias entre los alumnos. Estas diferencias no conduce a reconocer la diversidad o valorizar la singularidad de los sujetos, sino a catalogar o rotular a los mismos en categorías que, generalmente, expresan diferencias de orden económico, social y cultural.
Los rituales de los premios y castigos ayudan a constituir un régimen en el cual se establecen las prácticas educativas aceptadas y por oposición las desviaciones de la norma. La escuela ha construido, a través de su historia, un exhaustivo conjunto de reglas que deben ser observadas, que regulan el desempeño de los alumnos en la institución, pautando sus comportamientos con un nivel mayor de obsesividad que en la vida cotidiana. De ese modo, muchas acciones que para el conjunto de la vida social no constituyen faltas, detentan ese carácter al interior de la escuela. Los alumnos no accionan en la escuela a partir de la significación que las propuestas educativas tienen para ellos, sino por sujeción a la norma, por el deseo de ser premiados o el miedo a ser castigados.
Los rituales de la escritura prestan especial atención a dos objetos culturales que adquieren particular relevancia: los cuadernos y los libros de texto escolar. Estos objetos definen dos campos respecto a la escritura, el de lo que debe ser escrito y el de lo que debe ser leído. La alta ritualización de los cuadernos escolares ha determinado categorías de cuadernos y estilos de escritura, que subrayan la importancia del producto por sobre los procesos de construcción del conocimiento y erradican la aceptación del error, como punto de partida, para que esa construcción se opere. En cuanto a lo escrito, la estrategia del texto único aborta toda posibilidad de lectura crítica y denota una concepción acerca de la verdad, que es pensada desde la versión oficial de la cultura dominante.
Los rituales de las efemérides y actos escolares ordenan el tiempo escolar estableciendo una cronología que presenta, en un año, la totalidad de acontecimientos de la historia nacional y universal que la ideología dominante asume que deben ser destacados y recordados para promover la identidad nacional. Consiste en poesías, himnos, dramatizaciones memorizadas, redacciones estereotipadas, formaciones, saludos, desfiles, etc. que intentan que la nacionalidad penetre en los cuerpos, vinculando los símbolos y fechas patrias con ciertas respuestas condicionadas.

REFLEXION

¿Queremos que nuestros jóvenes sean capaces de construir un país libre, independiente y ganador? Revisemos los rituales de domesticación que usamos en la escuela y eduquemos a nuestros alumnos con rituales escolares que enfaticen los éxitos y no los fracasos, que alimenten la creatividad y la diversidad y no la represión y la homogenización, que cultiven la libre expresión de opiniones y no el sometimiento ciego en nombre de la obediencia, que enseñen que nadie es bueno en todo pero que todos somos buenos en algo. Esa escuela invisible si es capaz de educar peruanos ganadores.