Alan García comentó en Trujillo el 8 de julio pasado la posibilidad de una eventual transferencia de algunas responsabilidades de la educación primaria a los municipios. Eso no figura en el plan de gobierno 2006-2011. En el plan de 180 días iniciales hay apenas una mención tangencial al tema, pero no está conectada con el plan quinquenal y no cuenta con un centavo entre los fondos asignados para ese plan inicial. Por lo tanto, se trata solamente de un comentario suelto que incluso podría tener fines distractores.
Aún suponiendo que hubiera una intención de avanzar en esa dirección, lo más razonable es asumir que no se hará nada sin antes conocer los resultados electorales, porque si la gran mayoría de las regiones y los municipios quedasen fuera del control del APRA, difícilmente su gobierno se animaría a darles más poder y recursos, especialmente en el tema educativo que es políticamente tan sensible.
Mientras tanto, el gobierno tendría que definir de qué municipalización se trata. Existe el modelo chileno, que transfiere la propiedad, gestión, manejo de profesores y recursos por alumno a los municipios. Existe la versión norteamericana que le da amplios poderes al distrito escolar inclusive en materia curricular. Existe la de otros países de la región que combinan el centralismo con algunas pocas funciones administrativas descentralizadas. Depende del nivel de poder que se le de a la propia escuela.
Otro tema que tendrá que definir es el ámbito territorial por el que se quiere empezar. Si es provincial o distrital, en municipios ricos o pobres, urbanos o rurales, de costa, sierra o selva. No menos importante es definir los niveles de poder que tendría cada municipio en materia de selección y nombramiento de directores y profesores, mantenimiento y servicios.
La experiencia municipalizadora en América usualmente evidencia una gran dispersión de calidades de enseñanza y aprendizaje de los alumnos, en función de las características socioeconómicas del municipio en cuestión. Es decir, segmenta formando elites y marginados. Municipios con capacidad económica propia agregan recursos propios a los que les transfiere el gobierno central o federal. Municipios pobres que viven solo de las transferencias del gobierno central no solo no tienen recursos suficientes sino que usualmente tampoco tienen capacidades técnicas para administrar el servicio. Eso se refleja en el menor rendimiento de los alumnos.
Dado que el Perú no tiene experiencias suficientes en materia de educación descentralizada, tiene sentido pensar en un plan piloto para que los municipios que califiquen en un conjunto de indicadores y deseen voluntariamente ser parte de un primer piloto, hagan la experiencia.
En ese sentido hay municipios como el del Callao que ha desarrollado un proyecto piloto en el centro educativo “Augusto Cazorla” para lo cual se han instalado aulas con dos pizarras interactivas, modernos equipos de cómputo interconectado con la universidad virtual de la TEC de Monterrey-México y el instituto Abaco de Lima. Cuenta con una biblioteca virtual, una sala de circuito cerrado de televisión por cable, además de un aula de educación vial. Así mismo los alumnos reciben la enseñanza de inglés, francés, quechua y latín, dictado por profesores debidamente capacitados.
El municipio del Callao asume los gastos de capacitación de docentes y reciben clases intensivas en idiomas, informática y sobre los temas materia de su especialidad. Incluso, financia el viaje de profesores de dicho colegio a la ciudad de La Habana en Cuba para su capacitación.
Sin embargo, dada la envergadura de esas inversiones y capacidades de gestión requeridas, creo que tiene más sentido empezar con la educación inicial. Es un nivel en el que el municipio y la comunidad están más cercanos, en el que hay una mayor población por captar incluyendo a los nuevos usuarios de wawa wasis, en el que se puede realizar una gran actividad intersectorial integrando educación, salud, nutrición, seguridad, recreación, atención materno-infantil recibiendo las responsabilidades de diversos ministerios y no solo el de educación, en el que hay menos restricciones en cuanto a la presencia dominante del Sutep y de un currículo oficial, en el que es más fácil corregir errores y aprender de la experiencia.
A todo ello se podría agregar la creación de colegios municipales de primaria para que cada municipio haga una primera experiencia de administración escolar a ese nivel, de cuyos resultados se podrá deducir si está capacitado o no para ampliar su espectro de acción.