Se ha estado debatiendo sobre la excesiva cantidad de universidades existentes y las irregularidades que comprenden la puesta en funcionamiento de varias de ellas, principalmente por falta de financiamiento y cumplimiento con procesos correctos de acreditación.
Las empresas modernas que contratan profesionales tienen criterios propios para escoger a las universidades y/o facultades en cuyos egresados confía. Saben quién cumple y quién no con los requisitos. El tema de la calidad universitaria tiene entonces más importancia para los consumidores, que son los afectados actuales o futuros; es decir, los estudiantes -estafados por una formación mediocre e insuficiente- y los futuros dependientes de estos profesionales, que se perjudicarán porque serán pacientes mal atendidos, alumnos mal educados, acusados mal defendidos, usuarios de viviendas mal construidas, etc.
Sin embargo, estas consideraciones no anulan la expectativa de todo egresado de secundaria de tener educación superior, pública o privada, preferentemente universitaria, porque el mensaje del sistema es que ésta es superior a la técnica. No habiendo espacio en el mercado laboral para los egresados de secundaria, que egresan sin tener competencias técnicas o laborales, no les queda mucho para escoger. Y así se cruzan los ofertantes y demandantes, así sea de una educación superior limitada y mediocre.
Cuando docentes y estudiantes universitarios me piden comentar el tema, les digo que deben entender que -salvo algunas excepciones- la universidad peruana de hoy es tan solo un ciclo más de la educación básica, una extensión de la secundaria que completa el ciclo de inicial, primaria y secundaria ya acumulado. Por lo tanto, que asuman que ésta no los preparará realmente para la vida profesional ó académica propia del siglo XXI, para la cual deben procurar acceder a un posgrado de prestigio, de preferencia en el primer mundo, que es lo que recién va a permitirles dar el salto hacia la competencia entre pares.
Para ello requerirán créditos ó becas que se obtienen siendo excelentes estudiantes, con altas recomendaciones institucionales, de catedráticos reconocidos y de empresas prestigiadas en las que hayan practicado.
Apunten a eso y se les abrirán las puertas al buen nivel académico y profesional.
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