2021-01-07

 

Razones:

 

1). En un mundo laboral planetario que sigue las reglas de la globalización y en el cual hay un frecuente desempleo profesional, es bueno que los alumnos se entrenen desde jóvenes para conocer el mundo del trabajo, cosa que nunca lograrán en las aulas escolares o universitarias. Esto es particularmente importante en el sector servicios, no solo porque allí está la mayor parte del empleo moderno, sino además porque suelen ser ocupaciones abiertas para jóvenes que quieren trabajar por horas. Alguna experiencia en una pequeña empresa es un buen complemento.
2). En países en los que campean la corrupción, la pobreza, la inequidad, la indiferencia al dolor ajeno y la ineficiencia del estado para dar servicios a los necesitados, comprometerse a hacer trabajo social en apoyo a personas e instituciones que tienen carencias diversas y requieren del apoyo solidario del prójimo, genera experiencias que permiten conocer y comprometerse con el país más allá de las asépticas aulas escolares.
3). Los estudiantes escolares, apegados a la secuencia lógica de la disciplina académica, que estudian Matemática, Biología, Literatura, Historia, etc., no están habituados a estudiar a fondo un tema interdisciplinario, a plantearse un problema y buscar la información que le de respuesta. Aprender a hacer monografías ayuda a este propósito académico.
4). Si tener pensamiento autónomo e independiente es un valor de la buena educación, tienen que haber evidencias sobre la capacidad de los alumnos de confrontarse con “verdades establecidas” -que muchas veces son meros chismes o mitos con gran difusión- de modo que debidamente confrontadas pueden quedar derribadas. Si aspiramos a que nuestros egresados sean ciudadanos informados y responsables de un mundo en el que tendrán que tomar posiciones en temas como la buena alimentación, la píldora del día siguiente, los transgénicos, los medicamentos genéricos, la deforestación, las sustancias psicoativas, etc. entonces deben haber adquirido los fundamentos de la investigación científica personal que les permita saber qué es lo mejor para ellos y la sociedad.
5). Los egresados del colegio y la universidad tendrán que aprender a asumir las responsabilidades de los trabajadores independientes, en cuanto a sus seguros médicos, de vida, fondos de jubilación, colocaciones alternativas para sus ahorros, manejo de créditos y tarjetas, etc., para lo cual requieren una formación básica que la escuela debería proporcionarles. Así mismo, dado que su vida laboral estará vinculada al mundo de la empresa, bien vale la pena que reciba una formación inicial en ese tema.
6). Con el fin de entrenarse para la educación continua, los alumnos tienen que tener algunas experiencias en aprendizaje en línea.
7). El desarrollo de la personalidad ―que será una herramienta fundamental para el éxito en la vida social y profesional― se enriquece con el dominio de las técnicas actorales.
8). En países donde los jóvenes se dedican a memorizar, copiar e importar costosa ciencia y tecnología, alentar a los jóvenes a pensar, crear, innovar e inventar desde pequeños, no solo les aporta a su autoestima y capacidades científicas, sino que obliga a los docentes a organizar sus actividades educativas en función de estos valores, a romper con la cultura de la copia y a estimular la tan necesaria innovación.
9). No basta expresar preocupación por la conservación del medio ambiente. Hay que evidenciar la capacidad de hacer algo al respecto.
10). La pedagogía de la memorización y copia se enfrenta con el estímulo a pensar, crear, innovar e inventar, no solo en el terreno concreto sino también en el digital-virtual. En este último campo, todo lo que sea diseño gráfico y desarrollo de audiovisual y digital ofrece un gran espacio de aprendizaje y experimentación