¿Por qué a tantos economistas y administradores que se dedican a las políticas públicas les importa tan poco la miseria, el desempleo con la consecuente destrucción familiar, la exclusión y las enfermedades que sufre la empobrecida población, como consecuencia de medidas económicas o gerenciales tomadas sin considerar el impacto social? Sencillamente porque han sido formados para que no les importe.

Si se analiza la enseñanza de los cursos de economía de pre y post grado de nuestras universidades, se observará una frecuente dicotomía entre la economía y la ética. Cuando se enseña ética no enseña economía (generalmente es un profesor de filosofía) y cuando se enseña economía no se enseña ética. No se discuten integradamente los problemas éticos que se derivan de las medidas económicas o gerenciales. Esa escisión se aprecia sistemáticamente en muchos ministros de economía y altos funcionarios del MEF y otras entidades que proponen medidas económicas o administrativas que afectan a la población.

Se ha endiosado la estabilidad del modelo económico y se la ha convertido en fuente de justificación para cualquier decisión económica, así tenga un impacto social negativo.

Los promotores de la ortodoxia económica irracional han logrado no solamente aniquilar la inteligencia social de muchos de nuestros economistas y administradores sino también desvincular la ética de la economía, como si fueran dos mundos distintos cada uno de los cuales tiene sus propias leyes y espacios de discusión. La economía se ocupa de la generación y distribución de riqueza (para las elites) y la ética del espíritu y la vida social. Así, el economista o gerente no tiene ningún reparo moral al proponer medidas que hacen más miserable la vida de los pobres o clases medias, ni tampoco de llevar a cabo prácticas profesionales corruptas. En premio a su insensibilidad reciben el reconocimiento internacional de que el Perú es el país más estable de la región.

Este vicio ha penetrado también en la escuela, en la que por un lado se enseña Historia del Perú o Ciencias y por otro lado Educación Cívica o Religión, que se constituyen en islas de discursos sobre la ciudadanía y los derechos humanos que rara vez se discuten en el mismo momento en que se trata por ejemplo la conquista española en Historia del Perú o la fisión nuclear en Física.

Con estos enfoques, hablar de valores es un saludo a la bandera.

Artículos afines:

Medir, medir, medir, el leitmotiv de los economistas dedicados a educación del BM

La Ética de los economistas

El error de intentar medirlo todo. En un mundo evaluado por ‘likes’, algoritmos, indicadores y objetivos, los números no deben ser inmunes a la crítica. Estos parámetros son siempre reduccionistas. De entrada, porque la medición se refiere fundamentalmente a la parte cuantitativa de las cosas. Quien mide, inevitablemente, presta mayor atención a las dimensiones que se dejan medir mejor, de manera que éstas son privilegiadas en relación con otros aspectos de la realidad. La cuantificación hace que destaquen determinados aspectos, e invisibiliza a otros. La lógica de la medición tiene ciertos efectos secundarios. A menudo el impacto y la imagen se valoran más que el contenido

08 04 2018 Hola psicología, chau economía, por Richard Webb“La psicología podría ser nuestro principal aliado en la búsqueda de soluciones para recuperar el orden en la vida colectiva”.(LT: lo mismo parafrasearía para el MINEDU: hola pedagogía, chau economía, aludiendo al orden de prioridades en la visión y estrategias del sector)

Reformas fracasan por seguir recetas globales. Global Educational Reform Movement is here!. El sistema educativo finlandés es exitoso porque no se ha infectado por los virus del movimiento de reforma educativa global (recetas) que pregonan la OECD, BM, BID, etc.

(LT: ¿por qué el BID siempre llega tarde con propuestas sobre educación que ya eran obvias desde décadas atrás, después de haber acordado con diversos estados gastar billones en lo que no sirve?) Ahora dice: “Necesitamos una sociedad digital del siglo XXI, pero sobre todo más ética y empática” «No se puede pensar en aprendizaje solo a través de pruebas estandarizadas con resultados más o menos inmediatos. El nuevo gobierno tiene que concebirlo en el marco del proceso; en una educación más bien a largo plazo. En estas nuevas formas de enseñar y aprender, los avances digitales deben ser una herramienta que se articule al proceso de paz en el país. Los cálculos muestran que el mejor retorno económico se da en la inversión que se hace en los primeros años, pero también es necesario tener en cuenta que existen otros beneficios como el bienestar personal y social, variables más difíciles de cuantificar pero muy importantes».

La Ética de los economistas