La importancia de la madurez neurológica para tener éxito en primaria (RPP- Vivir bien)

La tendencia mundial para que los niños ingresen al nivel de educación primaria es de entre 6 y 7 años.

Hace unos días, el Congreso modificó la norma del Ministerio de Educación que solo permitía matricular en la educación inicial y primaria a los nacidos hasta el 31 de marzo. La modificatoria de la ley generó un polémico debate sobre la edad en la que un niño puede comenzar sus estudios primarios. Para el educador León Trahtemberg, si bien cada niño es diferente en su proceso de aprendizaje es “erróneo” considerar como un logro creer que mientras más joven ingresa en el sistema educativo es mejor.

El aprendizaje es la conexión de las neuronas de un niño, un proceso que permite que su cerebro reconozca a las personas, piense, imagine y genere enlaces entre los conocimientos adquiridos.
El especialista en educación explica que cuando se obliga a un pequeño niño a ingresar a la primaria antes de la edad establecida se pone en riesgo la creatividad, exploración, así como la forma de abrirse a nuevas posibilidades de aprendizaje.

“Cuando un niño comienza la edad escolar antes de lo necesario se le exige aprender ciertos conocimientos, se le reducen las posibilidades de usar su imaginación y creatividad. En vez de abrirles la mente, lo cierran”, dijo Trahtemberg en una entrevista con Capital.

Para la psicóloga educacional María Julia Cárdenas, un niño necesita tiempo para adaptarse.
Edad oficial. Los hitos que la sociedad ha planteado como edad de referencia para que un niño lea o escriba se basa en una visión científica. El especialista explica que a nivel mundial la edad para ingresar a primaria varía entre 6 o 7 años.

“Esta edad tiene relación con un cerebro maduro y el desarrollo de habilidades motoras manuales. Incluso en países como Finlandia, Guatemala y El Salvador la edad para empezar la primaria es de 7 años”, menciona.

Para Trahtemberg, la ley debe tener en cuenta el beneficio del colectivo mayor. “Yo creo que extender hacia abajo la edad de ingreso a primaria (menos de 6 años) aumenta enormemente el riesgo de los niños menores que entran en el mismo lugar. Sin embargo, sé que efectivamente se debe trabajar en alguna forma de establecer excepciones”, dijo.

Estrés y depresión. Para la psicóloga educacional María Julia Cárdenas, un niño necesita tiempo para adaptarse. “Si el ritmo al que se va con las lecciones les cuesta se debe determinar si es el momento adecuado para que se integren a un aula de clases. Podemos encontrarnos con un niño que padezca de estrés, que no aprende, que se distrae, que solo memoriza y aprende mecánicamente. Tal vez, no es su momento”, explica.

La clave, comenta Cárdenas, es tener la opción de un examen de madurez que evalúe no solo la inteligencia sino las habilidades básicas para el aprendizaje. “Muchas veces la madurez neurológica se debe a la falta de estimulación, dificultades afectivas o interferencias de orden emocional. En ese caso no se debe dudar de acudir a un psicólogo o neurólogo”, finaliza.

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